Editorial: Día de la Madre Tierra, bombas nucleares, y guerras sucias
Estados Unidos presidió la Cumbre sobre Seguridad Nuclear celebrada en
Washington los días 12 y 13 de abril. Los portavoces de EEUU siguen
repitiendo que su propósito es mantener las armas nucleares fuera de las
manos de los terroristas. Pero el imperialismo estadounidense es el que ha
empuñado su arsenal nuclear como una amenaza terrorista, tanto contra la
Unión Soviética en los días que existía como contra todo
tipo de estados que no tenían armas nucleares. El imperialismo
estadounidense es la única potencia que realmente ha utilizado armas
nucleares — contra las poblaciones civiles de Hiroshima y Nagasaki en
Japón en los últimos días de la Segunda Guerra Mundial. Y el
Pentágono aún continúa “mejorando” sus armas
nucleares.
Después EEUU invita a Israel a esta cumbre. Israel posee armas
nucleares pero se niega a firmar el Tratado de No Proliferación.
Washington excluye a Irán, que no tiene armas nucleares y ha firmado el
tratado. Además de tratar de obtener sanciones contra Irán,
Washington está utilizando la cumbre para atacar a la República
Popular Democrática de Corea. Como país que ha estado bajo incesantes
ataques por el Pentágono durante los últimos 60 años, la RPDC
tiene el derecho a equiparse con todas las armas que puedan.
El 22 de abril es el Día de la Madre Tierra. A raíz de las
vergonzosas negociaciones dominadas por los imperialistas en Copenhague en
diciembre pasado, es un alivio que el presidente Evo Morales de Bolivia haya
convocado a otro tipo de cumbre para abril 20-22 en Cochabamba. Hasta su nombre
inspira: La Conferencia Mundial de los Pueblos sobre el Cambio Climático y
los Derechos de la Madre Tierra. Un comunicado del 11 de abril dice que el
presidente Morales propondrá la formación de una Organización
multilateral de Naciones Originarias y de Trabajadores/as.
Hay mucho qué decir sobre la protección del medio ambiente de
las industrias con hambre de ganancias y sobre el cambio climático.
Informaremos sobre los resultados de esta conferencia en Bolivia, que
seguramente tratará las cuestiones de una manera más eficaz que los
explotadores del mundo lo hicieron en Dinamarca.
Mientras tanto, aquellos/as que desean parar el terror, sobre todo el
terror más destructivo — el terror de Estado — y los/as que
quieren detener el asalto más drástico sobre el medio ambiente pueden
dedicarse a ponerle fin a dos guerras sucias de ocupación en Irak y
Afganistán. Es difícil imaginar algo más inútil y
destructor del medio ambiente que las guerras de alta tecnología del
Pentágono contra las masas populares, ni nada tan destructor de la paz y
los derechos humanos.
Recientes exposiciones en los medios han demostrado una vez más los
repugnantes actos criminales que se producen cuando un estado opresor lanza una
guerra injusta de ocupación contra lo que antes eran países
soberanos.
En Iraq, algún/a soldado valiente o un/a trabajador/a del Departamento de
Defensa filtró un video que ha demostrado cómo eran día a
día los asesinatos en Bagdad en el 2007. Para las tropas en el
helicóptero, cualquier iraquí era un enemigo, cualquier cilindro era
un arma y la matanza no sólo estaba justificada sino que era una orden. En
lo que fue un total mal entendimiento de la historia, el soldado del
helicóptero hablando por la radio, se refiere a su unidad como
“Caballo Loco”. El original “Caballo Loco” era un
líder de la resistencia que luchó contra el ejército
estadounidense. Búsquelo.
En Afganistán, las tropas estadounidenses cerca de Kandahar donde
supuestamente están preparando una gran ofensiva para ganar “los
corazones y las mentes”, recientemente atacaron un autobús civil con
fuego de ametralladora. Al menos cinco personas murieron y 18 quedaron heridas.
En los días siguientes, miles de afganos/as se vertieron en las calles
para protestar contra la ocupación estadounidense.
La gente afgana que protestó tuvo la idea correcta. A ellos/as se deben
unir millones de personas en los Estados Unidos que también debían
irse a las calles y dar el primer paso para salvar el medioambiente y detener
el terror al exigir que todas las fuerzas militares estadounidenses —
oficiales como mercenarias se salgan de Iraq y Afganistán.
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