Nueva ley en Bolivia garantiza igualdad
Por Donna Lazarus
El 8 de octubre Evo Morales, presidente del Estado Plurinacional de Bolivia,
firmó una nueva ley que prohíbe el racismo y toda forma de
discriminación. Esta ley es un paso importante para la población
mayoritaria indígena de Bolivia y también para la comunidad
afro-boliviana las cuales han sufrido 500 años de opresión.
Como explicó el Vice Presidente Álvaro García Linera,
“Esta ley protege y garantiza el trato igualitario para toda la
gente”. La ley provee penalidades por cualquier forma de racismo y
discriminación “fundada en razón de sexo, color, edad,
orientación sexual, identidad de género, origen, cultura,
nacionalidad, ciudadanía, idioma, credo religioso, ideología,
filiación política o filosófica, estado civil, condición
económica social, tipo de ocupación, grado de instrucción,
discapacidad, embarazo, u otras condiciones previstas en la Ley . . .”
(Ley contra el racismo . . .).
La ley provee para la creación de una institución gubernamental nueva
llamada el Consejo Nacional Contra el Racismo y Toda Forma de
Discriminación, y su líder será elegido/a por el Senado por un
plazo de cinco años. Este consejo reemplazará la agencia
gubernamental actual que ha ido sistemáticamente registrando e
investigando incidentes racistas desde hace algunos años.
La ley prohíbe el racismo y la discriminación por cualquier agencia
gubernamental, en cualquier espacio público, o por cualquier individuo o
grupo privado.
En un país con 34 grupos indígenas diferentes, una provisión de
la ley que establece “la asistencia de intérpretes en procedimientos
administrativos y/o judiciales, cuando alguna de las partes hable su idioma o
dialecto nativo” es un avance en la lucha por los derechos de estos
grupos. Otras garantías son el acceso a la educación pública o
privada; oportunidades equitativas de acceso y condiciones igualitarias de
trabajo; acceso a servicios médicos profesionales o tradicionales, y la
participación del/la paciente en las decisiones sobre su tratamiento
médico o terapéutico, entre muchos otros derechos humanos que ahora
están protegidos por esta ley.
Opositores derechistas inmediatamente criticaron la ley, diciendo que atenta
contra los derechos de los periódicos a la libre expresión. A esto
responde García Linera que “Esta ley sencillamente dice que los
medios de difusión no pueden diseminar o permitir que sean diseminados
mensajes de contenido racista o discriminatorio”. Añadiendo que
“tenemos que combatir una cultura de racismo . . . No olvidemos que hasta
hace cuatro años los/as indígenas eran discriminados/as y
abusados/as, menospreciados/as en su presencia social y económica con
epítetos y ataques racistas”.
El racismo ha impregnado la sociedad boliviana desde los años 1500s cuando
los conquistadores españoles esclavizaron a los hombres indígenas,
forzándolos a trabajar en las minas de plata donde murió la
mayoría. Más tarde, terratenientes ricos instituyeron el sistema de
“pongueaje” bajo el cual los indígenas eran forzados a
trabajar como peones, sus tierras robadas y sus derechos destruidos. Hasta la
clase trabajadora urbana tenía que luchar por el derecho a usar transporte
público en los años 40s. Esta lucha fue ganada por la Federación
Obrera Femenina, la cual fue fundada por trabajadoras vendedoras organizadas
del mercado quienes eran todas indígenas.
Esta ley nueva anti-racista es otro triunfo de la clase trabajadora y de los/as
oprimidos/as de Bolivia.
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