Los federales dieron una bofetada al Sheriff Arpaio
Pero sólo para reforzar su asalto a los inmigrantes
Por Deirdre Griswold
Joe Arpaio ha dirigido al departamento del sheriff en el condado Maricopa desde
1992.
Del 2004 a noviembre de 2007, Arpaio fue el objeto de 2.150 demandas en el
Tribunal del Distrito y cientos más en tribunales del condado de Maricopa.
Más de 50 millones de dólares de las reclamaciones fueron presentadas
sobre las brutales condiciones carcelarias bajo el mando de Arpaio — 50
veces más que los juicios combinados contra Nueva York, Los Ángeles,
Chicago y Houston. (Phoenix New Times, 20 de diciembre 2007)
La policía bajo el mando de Arpaio han actuado de manera tan brutal que el
condado ha tenido que pagar $42 millones de dolares en acuerdos legales a las
víctimas de abuso.
Arpaio se deleita en su reputación. Su viciosa actitud hacia los
inmigrantes, y ciudadanos, especialmente los latinos y latinas, lo ha
convertido en el blanco de numerosas revelaciones e investigaciones.
Las protestas en su contra han sido constante y creciente, especialmente desde
que su departamento comenzó a aplicar la ley de Arizona contra los
inmigrantes SB1070, que otorga a la policía el derecho de detener,
registrar y arrestar a personas en la calle por la única razón de su
apariencia — de perfiles raciales.
Decenas de miles de personas marcharon por las calles de Phoenix para pedir el
fin a la criminalización de los inmigrantes indocumentados. Los
estudiantes se han encadenado a las puertas. Las manifestaciones han estallado
contra equipos deportivos de Arizona donde quiera que van. Decenas de
organizaciones han respondido a la llamada a boicotear el estado hasta que la
ley es anulada y han cancelado congresos y reuniones allí.
Después de que SB1070 entró en vigor y se intensificó en redadas
masivas en los barrios latinos, las cárceles se llenaron tanto que Arpaio
tuvo que montar una ciudad de tiendas de campañas para acomodar el
desbordamiento de detenidos. El fue captado en video entre risas
refiriéndose a la ciudad como un campo de concentración”.
(Phoenix Times, 02 de agosto)
El movimiento de masas contra Arpaio y la ley SB1070 creció tan tumultuosa
que a finales de julio, un juez federal determinó que partes de la ley
eran ilegales — como la provision represiva que hizo un crimen estatal el
que una persona a no llevara consigo documentos de inmigración.
Ahora el Departamento de Justicia ha presentado una demanda contra Arpaio y su
oficina por negarse a cooperar con sus investigaciones de la presunta
discriminación por motivos de origen nacional — una violación
de la Ley 1964 de Derechos Civiles. La oficina de Arpaio ha firmado acuerdos
con el Departamento de Justicia prometiendo cooperar en las investigaciones y
recibio fondos federales como resultado, pero después violó el
contrato.
Es evidente que Arpaio no sólo ha hecho un infierno de la vida de cientos
de miles de personas que trabajan y sus familias, sino también se ha
convertido en una espina en el costado de su jefe, el Departamento de
Justicia.
El gobierno federal ha estado llevando a cabo redadas contra los trabajadores
indocumentados a través de Inmigración y Aduanas y el FBI. Se espera
que deporte a 400.000 inmigrantes este año — un 10 por ciento
más que en 2008, último año del gobierno de Bush. Sin embargo,
estos organismos de la represión capitalista quieren hacerlo a su manera,
sin la grandilocuencia fascistas de Arpaio y otros políticos de Arizona
que están promoviendo la intolerancia contra los inmigrantes por dos
razones: para ganar votos contra los demócratas y encontrar un chivo
expiatorio por el inojo de las masas populares por el desempleo y las
ejecuciones hipotecarias.
Al mismo tiempo que la administración Obama está demandando a Arpaio,
está enviando tropas de la Guardia Nacional a la frontera con México,
donde se está extiendendo el muro entre los dos países. Es evidente
que las corporaciones de EE.UU. que poseen ambos partidos Demócrata y
Republicano ejercen el derecho de ir a cualquier parte del mundo para explotar
a los trabajadores, mientras que al mismo tiempo, logran que el gobierno
aquí estigmatize a los inmigrantes y los rodean con obstáculos
insuperables con el fin de mantener a millones de trabajadores, como una fuerza
laboral asediado, con bajos salarios, y sin derechos legales.
Sin embargo, los trabajadores inmigrantes y sus aliados se están
defendiendo. Ellos se han llevado a cabo magníficas demostraciones del
Primero de Mayo durante los últimos cinco años y son una fuerza vital
en la reactivación del movimiento obrero. Un movimiento unido de la clase
trabajadora que forja la solidaridad entre todas las nacionalidades y demanda
la legalización es la única manera realmente eficaz para erradicar a
los venenosos enemigos de la gente inmigrante como Joe Arpaio.
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