DEL AMAZONAS A LOS ANDES
La lucha indígena sacude al Perú
Por Berta Joubert
El 5 de junio el presidente peruano Alan García desató sus
fuertemente armadas fuerzas represivas en contra de los/as indígenas en la
región amazónica del país. El pueblo indígena ha estado
defendiendo esos enormes recursos naturales en contra de la voracidad de las
corporaciones transnacionales.
Irónicamente, ese mismo día había sido designado por la
Organización de las Naciones Unidas como el Día Mundial del
Medioambiente para motivar concientización sobre los problemas
medioambientales y promover alguna acción política.
Los ataques ocurrieron en la Curva del Diablo, una sección de la carretera
que une la selva con la parte norte del país. Por 10 días, miles de
indígenas Awajún y Wampis habían estado ocupando y obstruyendo
el camino para poner presión sobre el gobierno.
Al amanecer, tres helicópteros de la Policía Nacional de Perú
volaron sobre la región lanzando gases lacrimógenos y disparando
contra la multitud indefensa. Al mismo tiempo en tierra, la policía le
disparaba con rifles. Hasta hoy aún no se sabe el número exacto de
víctimas. La prensa capitalista, la cual ha sido hostil hacia los/as
indígenas y leal al gobierno, repitió las acusaciones de García
diciendo que los indígenas son “terroristas” reportando que
han asesinado a 24 oficiales de la policía, mientras que sólo 9
indígenas han muerto.
Sin embargo, un reporte que contradice esa aseveración apareció el 13
de junio en la revista virtual Lucha Indígena editada por Hugo Blanco, de
una persona que estaba en Baguá, el lugar de la masacre. El reporte
refleja lo que muchas fuentes dicen en el área. “Los cadáveres
de los nativos quedaron regados por toda la carretera próxima y en las
inmediaciones de la Curva del Diablo, la policía tomó el control, de
inmediato se declaró el toque de queda, empezó el apilamiento de los
cadáveres, la cremación en plena carretera, otros fueron traslados a
lugares no determinados, ni ubicados, embolsados y trasladados a los
helicópteros de la policía que en un número de hasta tres
apoyaron el operativo. Muchos de estos cadáveres de humildes peruanos
fueron arrojados a los ríos Marañón y Utcubamba, los mestizos de
Bagua Chica y Bagua Grande estiman en un mínimo de 200 a 300 muertos de
civiles”. (www.luchaindigena.com)
Aunque la policía rehusó dejar entrar a periodistas, familiares y a
otras personas indígenas al área, una gran cantidad de
información ha sido diseminada por fuentes alternativas, incluyendo
periodistas belgas que estaban presentes. Mucha de la información se puede
ver en YouTube que ha sido circulado por todo el mundo.
¿Qué causó la masacre?
El 9 de abril, luego de infructuosos intentos de negociar con el gobierno, la
Asociación Interétnica para el Desarrollo de la Selva Peruana,
(AIDESEP), organización que representa a 300.000 indígenas y 1.350
comunidades, comenzó a movilizar al pueblo amazónico. La
cuestión central era la implementación por el gobierno de varias
leyes que los/as indígenas dicen que privatizarían y pondrían en
peligro al Amazonas y los medios de sustento de numerosas comunidades
nativas.
Comenzaron a ocupar carreteras, aeropuertos pequeños, oleoductos y
gasoductos e interrumpiendo el transporte en los ríos. Estas acciones
efectivamente paralizaron la región y obstruyeron la producción y el
transporte de hidrocarburos en el área.
El pueblo amazónico exigía en particular la derogación de la
nueva Ley Forestal y de Fauna Silvestre y la Ley de Recursos Hídricos,
decretos número 1090 y 1064.
Estas leyes abrirían la zona amazónica a un aumento en la
explotación de minerales, petróleo, gas y madera.
Para poner todo esto en su contexto hay que notar que el pueblo peruano de la
región amazónica conforma un 11 por ciento de la población
total. Reside en el norte, centro y sureste del país, en la más
grande de las tres zonas ricas en recursos naturales del país. Estas leyes
fueron impuestas ilegalmente. Las leyes tanto del Perú como de la ONU para
la protección de los pueblos indígenas, requieren que cualquier
regulación que pueda afectar a sus comunidades tiene que ser negociada con
anticipación con esas comunidades.
En vez de negociar, el Presidente García impuso los decretos para
satisfacer los requisitos del Tratado de Libre Comercio del Perú con los
EEUU. Este acuerdo, denominado el Tratado de Promoción de Comercio entre
Perú y EEUU (PTPA por las siglas en inglés) fue firmado en 2006 y
entró en vigor el 1ro de febrero. El lugar en la red (Web) de la PTPA dice
que este acuerdo va a “resultar en una significativa liberalización
del comercio de productos y servicios entre los EEUU y Perú. ... Perú
de inmediato eliminó la mayoría de sus aranceles sobre las
exportaciones de los EEUU. ... [El acuerdo también] incluye disciplinas
importantes en relación a... la facilitación del comercio, barreras
técnicas al comercio, compras del gobierno, servicios, inversiones,
telecomunicaciones, comercio electrónico, derechos de propiedad
intelectual, y protección laboral y del ambiente”. (www.ustr.gov/trade-agreements)
Solidaridad forzó concesiones
Una abundante expresión de solidaridad con la lucha indígena se dio
por medio de declaraciones escritas y de manifestaciones. Este apoyo de todos
los sectores sociales organizados y partidos progresistas no sólo en
Perú sino internacionalmente, forzó una concesión del gobierno
de García. En la noche del 15 de junio fue anunciado que el gobierno
tomaría medidas al día siguiente para derogar los decretos 1090 y
1064.
En reacción a esta noticia, la presidenta interina de la AIDESEP, Daysi
Zapata, declaró que “es una reacción tardía del
Ejecutivo... debemos ver realidades. ... los pueblos ya están cansados de
promesas... existe tanta desconfianza”. Ella exigió el fin a la
persecución de los cuatro líderes de la organización y la
terminación del estado de sitio en Bagua. Zapata ha estado a la cabeza de
la organización desde el 9 de junio cuando su presidente, Alberto Pizango,
tuvo que pedir asilo político en la embajada de Nicaragua por haber
recibido amenazas de muerte.
Tal vez la decisión del gobierno estuvo influenciada por las muchas
demandas de que García y toda su administración renuncien. El
surgimiento generalizado de movilizaciones en apoyo al pueblo amazónico
alrededor del país es algo que nunca ha sucedido. Es probable que
García piense que la derogación de las leyes, si de verdad ocurre, lo
va a exculpar a él. Sin embargo, las protestas siguen aumentando
diariamente.
Un artículo de Carlos Quiroz, un bloguero bilingüe basado en
Washington que está en comunicación constante con las organizaciones
peruanas, informó sobre una entrevista con Zapata la noche del lunes
después de que se supo la decisión del gobierno. Dice Zapata:
“Nos quieren callar encarcelándonos, pero eso es inútil porque
cuando se encarcela un líder, muchos líderes más
surgirán”. Refiriéndose al carácter masivo de las
protestas, dijo: “No hay ninguna región quieta; se están
manifestando pidiendo justicia por las muertes de nuestros hermanos y hermanas
en Bagua y para la derogación de los decretos de García que son tan
negativos para nuestra gente indígena”.
Quiroz menciona en ese mismo artículo que “el líder
indígena Miguel Palacín me había dicho que [una nueva
constitución] es una de las metas ahora del movimiento indígena,
siguiendo los ejemplos de nuestros países vecinos, Ecuador y
Bolivia”. (peruanista.blogspot.com)
Los levantamientos indígenas en esos dos países resultaron en la
eliminación de gobiernos derechistas neoliberales y la instalación de
presidentes progresistas que luego, con las ideas y contribuciones de sus
pueblos, crearon constituciones nuevas. ¿Sucederá lo mismo en
Perú?
Correo electrónico: [email protected]. El próximo
artículo: ¿Quién es Alan García? El silencio de
Washington.
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