La crisis y la perspectiva de resistencia: un esquema
Por Fred Goldstein, autor de Low-Wage Capitalism (Capitalismo de
salarios bajos), un análisis de los efectos de la globalización en la
clase obrera. Redactor asistente del Periódico Workers World/Mundo
Obrero
DEPRESIÓN La crisis actual es la peor desde la gran
depresión. Pero no es sólo la peor crisis desde la depresión.
Tiene los mismos elementos fundamentales que la depresión.
EL SISTEMA NO SE RECUPERARÁ. Es similar no sólo
por el aumento en el desempleo; no sólo porque se han gastado tantos
millones de millones de dólares para evitar el colapso del sistema
capitalista; no sólo por la ruptura de la gran burbuja especulativa; y no
sólo por el sufrimiento generalizado de los/as trabajadores/as y las
comunidades.
Es similar a la depresión, que duró 10 años y terminó
sólo con una guerra mundial, porque el sistema capitalista no va a tener
una verdadera recuperación económica — es decir, una
expansión capitalista de tal magnitud que podría superar la profunda
crisis de desempleo generalizado.
La economía capitalista en los Estados Unidos sólo se recuperó
de la depresión por el enorme gasto del gobierno en los preparativos para
la guerra y en la guerra misma. Sin ese gasto no hubiera habido los mercados y
la demanda por los productos de la industria estadounidense. La depresión
sólo se hubiese profundizado. El capitalismo estaba sufriendo una crisis
de sobreproducción que había alcanzado el punto de la no
recuperación.
LOS MEDIOS DE RECUPERACIÓN SE HAN
AGOTADO. Después de la segunda guerra mundial, la economía
capitalista de los EEUU se mantuvo por las guerras: la guerra de Corea, la
guerra de Vietnam y el gasto para un gran aumento del aparato militar contra la
Unión Soviética y China durante la guerra fría, incluyendo 2
millones de millones de dólares en el programa en contra de la URSS de
Reagan.
También se mantuvo vertiendo dinero en los bancos y empresas en momentos
cruciales de crisis. El gobierno capitalista rescató a la Chrysler;
rescató a las asociaciones de ahorro y préstamo en el decenio de
1980; rescató a Wall Street después del desplome de 1987: el fondo de
coberturas del Long Term Capital en 1999. Vertió dinero en el mercado de
la vivienda y en Wall Street durante la recesión del 2000-2001.
El capital ha mantenido sus ganancias altas y estimuló su expansión
al bajar los salarios despiadadamente a través de la reestructuración
tecnológica, acabando con los sindicatos y fomentando una competencia de
salarios en todo el mundo para bajar los salarios.
El imperialismo en sí es un signo de crisis en el sistema capitalista.
Esto significa que el sistema no puede avanzar dentro de los confines del
estado nacional por los medios económicos “normales”. Debe ir
al exterior a robar y saquear los pueblos de Asia, África, América
Latina y el Oriente Medio para buscar súper ganancias.
Ahora el Pentágono está atascado en Afganistán y Pakistán;
aún tiene más de 100.000 tropas en Iraq. El presupuesto militar es de
700 mil millones de dólares para el próximo año —
suficiente dinero para reconstruir las ciudades en estado de
descomposición y volver a colocar a los/as trabajadores/as a sus puestos
de trabajo. Pero Washington no ha sido capaz de conquistar territorios y pagar
por sus guerras de agresión con ganancias provenientes del exterior. El
intento de expandir el imperio se ha convertido en un desgaste en el sistema y
está agravando la crisis doméstica.
Todos estos medios ya han sido llevados al límite. Billones dólares
de dinero en rescates no han podido reactivar la economía y detener los
despidos. El ejército ahora está súper desarrollado; lo que
queda es de altísima tecnología y no puede movilizar a millones de
trabajadores/as en la producción de la guerra. Los salarios han ido
bajando durante 30 años y la clase trabajadora se ha empobrecido. Las
fuentes históricas de reactivación se han agotado.
A LOS/AS TRABAJADORES/AS SE LES ESTÁ DICIENDO LA MENTIRA DE
QUE LAS COSAS MEJORARÁN. La clase trabajadora en los Estados
Unidos ha vivido 10 recesiones luego de la 2da Guerra Mundial. Después de
cada una el sistema revivió y se expandió; los empleos eventualmente
retornaron para la gran mayoría de los/as trabajadores/as.
La administración de Obama, diversos medios de comunicación y
economistas denominados “expertos” continuamente hacen
hincapié en esta idea. Le dicen a los/as trabajadores/as que se necesita
tiempo para recuperar la economía y que los empleos vendrán pero se
tardan más en venir, así que esperen.
Mientras tanto, el congreso continúa extendiendo las prestaciones del
seguro por desempleo y la asistencia de los cupones de alimentos para poder
mantener pasivos/as a los/as trabajadores/as y evitar un movimiento de
resistencia.
Esta esperanza de que deben soportar durante un tiempo suficiente para que
mejoren las cosas está conformando la psicología general de los/as
trabajadores/as en este momento. Pero esto es temporero, porque la crisis
sólo está comenzando a develarse. Se debe subrayar una y otra vez que
la crisis está en sus primeras etapas. Hay muchas semillas de las crisis
que vendrán en el futuro.
ERA DE LA “RECUPERACIÓN SIN TRABAJOS”
Los/as trabajadores/as se enfrentan a una recuperación interminable sin
trabajos. Una recuperación sin trabajos es donde la producción y las
ganancias comienzan a recuperarse pero el desempleo sigue siendo el mismo o
empeora. Esta tendencia en la economía capitalista de los EEUU
comenzó en 1991 y se ha ido agravando.
Durante todas las crisis en el período de post-guerra, los puestos de
trabajo retornaron cuando la producción comenzó a elevarse. Sin
embargo, después de la recesión de 1991, o se perdieron trabajos o
ninguno se agregó por más de 12 meses después de la
recuperación capitalista. Tomó 18 meses para llegar a los niveles de
empleo que había antes de la recesión.
La recuperación actual sin empleos es una continuación de esta
tendencia en un nivel mucho más drástico. La economía se
informó que había crecido a una tasa anual del 3,5 por ciento en el
tercer trimestre de 2009. ¡Pero durante estos tres meses de
reactivación económica, se han perdido 726.000 puestos de trabajo!
Estas cifras no cuentan con el aumento de millones de trabajadores/as
desalentados/as o trabajadores/as forzados/as a trabajar a tiempo
parcial.
PRODUCTIVIDAD LABORAL, SALARIOS BAJOS Y LA CRISIS. Nada
muestra la crisis del capitalismo más que el hecho de que la rentabilidad
y el aumento de la producción tienen lugar sobre la base del recorte de
puestos de trabajo. Además, esos/as trabajadores/as que aún
están empleados/as están siendo presionados/as a que trabajen
más duro, más rápido y que produzcan más. Los salarios se
están recortando mientras la gerencia aprovecha hasta el último
minuto la mano de obra.
Durante tres décadas la innovación tecnológica despiadada ha
estado dirigida en contra de los/as trabajadores/as. El capitalismo ha hecho
que los/as trabajadores/as sean más productivos/as. Con la
tecnología, ha transferido las destrezas de los/as trabajadores/as a las
máquinas y al software. La gerencia siempre ha tratado de reducir las
destrezas de los/as trabajadores/as y pagarles menos. Ir a la escuela para
aprender una destreza no beneficiará realmente a las masas, ya que los
capitalistas están destruyendo los empleos cualificados.
Los jefes han utilizado la crisis para intensificar la productividad. Sus
planes son reducir la contratación si hay una recuperación. Esto
muestra cuán imposible será, en virtud del sistema de ganancias, la
recontratación de las decenas de millones de trabajadores/as que se
encuentran ahora desempleados/as o sub-empleados/as.
El capitalismo estadounidense ha seguido la lógica inevitable del sistema
de ganancias hasta su final. El capital debe tratar de reducir la mano de obra
y los salarios implacablemente. Esta es la otra cara de la búsqueda de
ganancias. Pero el capital también debe expandirse, si no muere. Por lo
tanto, al destruir los salarios, deberá destruir su mercado, al mismo
tiempo que amplía su capacidad para producir. Este proceso ha alcanzado el
punto donde está conduciendo a un colapso total de la sociedad — y
plantea una amenaza para la existencia de la clase trabajadora y de todo el
planeta.
La clase trabajadora desconoce esta tendencia a largo plazo del capitalismo y
de la magnitud de la crisis actual. Pero se dará cuenta cuando se
profundice la crisis y no desaparezca. Es sólo una cuestión de tiempo
antes de que comience a luchar como clase.
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