Hondureños se mantienen firmes en contra del gobierno ilegítimo
Por Berta Joubert-Ceci
Manuel Zelaya Rosales, el legítimo presidente de Honduras, cruzó la
frontera con Nicaragua para entrar a su patria el 24 de julio después de
declarar como fracasada la segunda ronda de negociaciones mediada por el
Presidente Oscar Arias de Costa Rica, escogido para esto por los Estados
Unidos.
Una vez en territorio hondureño, Zelaya trató sin éxito de
comunicarse con el jefe de las Fuerzas Armadas. Sin embargo, tuvo que regresar
a territorio nicaragüense debido a la presencia de 400 soldados
fuertemente armados, incluyendo franco tiradores, listos para tomar acción
en contra suya y de las masas populares desarmadas que llegaron de todas partes
del país para recibirlo.
En respuesta a esto, el Frente Nacional Popular de Resistencia Contra el Golpe,
(FNPRG), el cual ha estado organizando huelgas y otras acciones populares desde
el día del golpe el 28 de junio, permanece firme en su demanda del regreso
incondicional de Zelaya a su puesto y de concertar una Asamblea
Constituyente.
Zelaya había aceptado los siete puntos originales en la “propuesta
para la paz” de Arias. El régimen del golpe liderado por Roberto
Micheletti, quien ha recibido ayuda de los asesores de Estados Unidos muy
cercanos a la Secretaria de Estado Hillary Clinton, rechazó ese plan y
propuso uno suyo.
Como resultado, Arias modificó el plan inicial y el 22 de julio produjo
una propuesta de nueve puntos donde el regreso del Presidente Zelaya a su
puesto—el primer punto en el plan original—fue relegado al sexto
lugar. Esta movida fue claramente una concesión a los golpistas, quienes
rechazan el regreso de Zelaya. Esto es lo mismo que entregar Zelaya a las
fuerzas represivas de los golpistas.
Zelaya rehusó aceptar esto, prometiendo regresar a Honduras desde
Nicaragua. El Presidente inició su viaje hacia la frontera de Nicaragua
con Honduras acompañado por el Canciller de Venezuela Nicolás Maduro,
la Canciller de Honduras Patricia Rodas y otros partidarios.
La resistencia con nueva energía a pesar de la
represión
Las personas que ofrecen resistencia al golpe en Honduras han estado llevando a
cabo constantes acciones por tres semanas—huelgas, manifestaciones y
otras protestas. Al saber que su Presidente regresaba, el pueblo
hondureño, bajo el liderazgo del FNPRG, reinició con energía
renovada una huelga general el 23 de julio y comenzó a movilizar marchas
hacia la frontera con Nicaragua.
Esto no era tarea fácil. El régimen golpista ha militarizado el
país. Poco después de saber sobre los planes de Zelaya, los golpistas
enviaron cientos de soldados fuertemente armados hacia la frontera, a la vez
que declaraban un toque de queda en el área fronteriza. Los soldados
detuvieron autobuses y automóviles que llevaban manifestantes, y cuando la
gente continuaba a pie, el ejército les rodeó, no permitiendo que la
gente siguiera ni regresara.
La gente estaba tratando de llegar a El Paraíso, uno de los tres puntos de
entrada a Honduras desde Nicaragua. Zelaya primero se dirigió al
Paraíso, pero la presencia del ejército evitó su entrada. Zelaya
entonces se dirigió hacia la siguiente entrada, Las Manos, donde
eventualmente pudo entrar por unos minutos antes de que las tropas, amenazando
con una masacre, lo forzaran regresar a Nicaragua.
Una carta desde Honduras
Según el reporte de Dick Emanuelsson del 27 de julio en la lista
electrónica de “Honduras en Resistencia”, un reportero de
Nicaragua le llamó para decirle que entre 4.000 y 5.000 hondureños/as
han cruzado la frontera de Nicaragua para ir a Las Manos donde está
Zelaya.
Una carta de Martha Silva desde Honduras a una amiga en Venezuela, circulada a
través del Internet, muestra la resistencia y la valentía del pueblo,
como también la terrible represión que enfrentan. Como miles que
desafiando el toque de queda y la represión del ejército, Silva
intentó ir a recibir a Zelaya.
Escribió Silva: “Caminé desde El Arenal hasta El Paraíso
para ir al encuentro de Mel más de 50 km. bajo sol, agua, fango, hambre
sed y etc. Cuando sólo nos faltaban 11 kilómetros la policía nos
detuvo y nos llevaron en una patrulla hasta las celdas del
Paraíso”.
[Las fuerzas represivas están arrestando a veintenas de personas, acusadas
solamente de haber desafiado el toque de queda; en general las liberan
después de unas horas en un claro intento por desalentar a la gente de
seguir con las protestas.—BJC]
“Ya libre me uní al plantón obligatorio que está en
Alauca, El Paraíso, todo el viernes no pasó de golpearnos y tirar
bombas lacrimógenas, hasta que a las 11 a.m. se armó la balacera y
nos hirieron dos compañeros. El resto del día la pasamos entre gritos
y gases, pero el Goriletti puso el toque de queda desde las 12 del medio
día, estos gorilas hicieron que el pueblo cerrara los negocios, y les
prohibieron que nos vendan comida y agua o que nos den albergue, algunas
personas asustadas cerraron los negocios, otros nos vendían a
escondidas”.
“Entonces nos cercaron con los batallones por ambos lados y decidimos
hacerle la vida imposible, hicimos fogatas con llantas, formamos barricadas con
piedras y palos, teníamos como una especie de carnaval con música
para todos los gustos hasta que el agua nos apagó las fogatas y
teníamos más de 50 rastras furgones estacionadas y con producto que
se echa a perder por que después de tres días pues si son comestibles
como leche, jugos se descomponen por la acción del sol, nos sirvieron para
pasar la tormenta y como hotel”.
“Bueno la noche avanzaba y terminó mi turno y traté de dormir
alrededor de las 10 p.m., pues uno de los jóvenes con los que encendimos
las llantas, amaneció muerto, tenía 24 años”.
“Nos informan el forense y los peritos, que fue salvajemente torturado y
que tenia 42 puñaladas, los que sobrevivimos la década de los 80
sabemos que así paso con un compañero de la U.R.P. llamado Félix
Martínez, como un mensaje para la izquierda de aquellos tiempos, sabemos
que esos eran los métodos aplicados por la doctrina de seguridad nacional
del asesino de Billy Joya y Álvarez Martínez y ahora se repite la
historia”.
Joya, un capitán retirado del ejército hondureño, es asesor de
seguridad nacional de Micheletti. Estuvo a cargo del comando
“Cobra” dirigido por oficiales de los EEUU en los años 1980 y
era miembro del Batallón 316 que torturó, desapareció y
asesinó veintenas de hondureños/as durante esa época.
Estado de emergencia en la frontera con Nicaragua
El constante toque de queda y la represión han creado una zona donde el
abuso de los derechos humanos se comete continuamente contra las fuerzas de
resistencia. Varias delegaciones de organizaciones de derechos humanos han
documentado los abusos del régimen golpista desde el golpe del 28 de
junio.
El último informe, con fecha del 27 de julio, se centra
específicamente en los abusos cometidos desde el 24 de julio. Afirma que
desde entonces hay una “situación muy tensa en Las Manos”, el
ejército y la policía han establecido cerca de 18 retenes en las
carreteras, cientos de manifestantes han sido detenidos/as, y al menos 2.000
personas se encuentran atrapadas entre los retenes, sin poder moverse o recibir
alimentos, medicamentos o servicios básicos. Los militares no han
permitido que ninguna ayuda humanitaria entre en la zona. (rebelion.org) Ha
habido múltiples violaciones, en contra de la libertad de expresión,
el hostigamiento y las amenazas contra periodistas, por lo menos seis
asesinatos—entre ellos el asesinato de dos dirigentes del izquierdista
Partido Unificación Democrática—y amenazas de muerte contra
casi todos/as los líderes de la resistencia.
El 26 de julio, antes del entierro de Pedro Magdiel, mientras el liderazgo de
la resistencia estaba reuniéndose en El Paraíso para planificar las
acciones de la próxima semana, se escuchó una explosión. Una
bomba había sido lanzada contra el edificio. Afortunadamente nadie
resultó herido.
Las acciones de Washington contra el pueblo hondureño
Desde que Zelaya aumentó el salario mínimo y se unió a la
Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA)—el
enemigo número uno de las corporaciones transnacionales basadas en los
Estados Unidos—tanto las empresas hondureñas como las múltiples
corporaciones estadounidenses que operan en Honduras se han puesto en contra de
Zelaya. Desde Exxon-Mobil a las maquiladoras, los dueños tienen miedo de
perder sus ganancias y que vayan en vez, a beneficiar a la población que
es mayoritariamente pobre.
Entonces, al igual que hizo la United Fruit en los años 50 (ahora Chiquita
Brands), estas corporaciones tomaron acción en coordinación con la
oligarquía pro yanqui hondureña. Ahora ellas trabajan no solamente
con el Pentágono y organizaciones relacionadas, sino con organizaciones
que aparentan ser “más suaves”, entidades imperialistas
“pro-democracia” como la Fundación Nacional para la Democracia
(National Endowment for Democracy—NED), la Agencia para el Desarrollo
Internacional (U.S. Agency for International Development) y una campaña
internacional organizada y llevada a cabo a través de los medios de
difusión corporativos basados en los Estados Unidos. Ésta
campaña mediática incluyó un editorial en el Wall Street Journal
del 27 de julio escrito por Micheletti en el cual trató de justificar el
golpe.
En un excelente artículo de investigación publicado en la
edición del periódico cubano Granma del 8 de julio, Eva Golinger
escribe, “El senador republicano John McCain está detrás de la
visita a Washington de los representantes del gobierno de facto en Honduras.
McCain, conocido por su dura postura contra Venezuela, Bolivia y otros
países en la región considerados ‘antiimperialistas’, ha
organizado una ‘rueda de prensa’ para los representantes golpistas
a las 15:00 este martes en el prestigioso Club Nacional de Prensa en la capital
estadounidense”.
Golinger continúa: “John McCain es el jefe de la junta directiva del
Instituto Republicano Internacional (IRI), entidad considerada el brazo
internacional del Partido Republicano de los Estados Unidos, y uno de los
cuatro ‘grupos clave’ de la Fundación Nacional para la
Democracia. Durante el último año, el IRI ha estado trabajando en
Honduras con fondos de la NED por encima de 1,2 millones de dólares, para
influir en los partidos políticos y ‘apoyar iniciativas para
implementar posiciones políticas durante las campañas del
2009’. El IRI pondrá énfasis especial en Honduras, país
que tiene elecciones presidenciales y legislativas en noviembre del
2009”.
Uno de los recipientes de los fondos fue el Consejo Hondureño de Empresas
Privadas (COHEP), el cual está detrás del golpe debido a su
oposición al aumento del salario mínimo y a las posibilidades de
cualquier intento de prevenir privatizaciones de parte de Zelaya.
Un futuro incierto
¿Qué sucederá ahora en Honduras? Aunque Micheletti ha rechazado
la posibilidad del regreso de Zelaya, un artículo en el New York Times del
26 de julio dice claramente que el “Ejército en Honduras respalda el
plan sobre Zelaya”. El Times reporta que “El comunicado [que
anunció la decisión del ejército] fue escrito en Washington
luego de días de conversaciones entre oficiales hondureños de medio
nivel y asistentes congresionales estadounidenses. Publicado en el sitio en la
red de las Fuerzas Armadas hondureñas, avaló el llamado Acuerdo de
San José que fue fraguado en Costa Rica”. Éste incluye el
regreso de Zelaya a su puesto como presidente.
Las manifestaciones populares en pro de Zelaya en Honduras han intentado hablar
con los soldados rasos y los oficiales de bajos rangos, pidiéndoles que se
unan al pueblo y que no lo repriman. Quizás los estrategas estadounidenses
teman que este llamado pueda ser exitoso y que la intransigencia de Micheletti
pueda resultar en una división del ejército y que una parte de
él se una a la insurrección popular. Éste puede ser el
porqué Washington quiera trabajar con elementos en el ejército
hondureño para lograr algunas concesiones que pudieran restaurar al
gobierno constitucional, aunque sea uno más débil. Éste queda
por verse.
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