Gripe porcina, puercos y ganancias
El temor a una pandemia de gripe porcina se está extendiendo mucho
más rápido que el mismo virus.
Aunque es muy temprano para decir cuán extensa y mortal será esta
nueva variante del virus de la influenza, ha comenzando a surgir
información sobre su posible origen. Una enorme granja de cerdos propiedad
de la gigantesca corporación estadounidense Smithfield, operada por su
subsidiaria mexicana Granjas Carroll de México, puede haber producido esta
nueva amenaza a la salud pública.
L@s residentes de las localidades en los pueblos de La Gloria y el Perote en el
estado de Veracruz han estado luchando contra esta granja gigantesca por
años.
Produciendo cerca de un millón de cerdos anualmente, la compañía
mantiene inmensas lagunas de estiércol al igual que un vertedero al aire
libre para los restos descompuestos de los cerdos que han muerto antes de ser
sacrificados. Los gases producidos por estos desperdicios contaminan el aire a
millas de distancia y l@s residentes creen que el agua que toman puede estar
contaminada. Enormes nubes de moscas que se alimentan de estos desperdicios
están cerca de estos pueblos.
Es un hecho sabido que las moscas pueden esparcir la gripe aviaria al
transportar material contaminado de los excrementos de aves infectadas. Es
posible que las moscas que se alimentan de los excrementos de los cerdos,
también estén en contacto con los excrementos de las aves y esto se
haya convertido en el mecanismo para la mezcla de material viral de cerdos,
aves y humanos que está ahora causando el brote.
Según reportajes del periódico mexicano La Jornada, l@s residentes
locales trataron de evitar la construcción de la granja en el año
2005. Hace un año, vari@s activistas fueron arrestad@s por las autoridades
de Veracruz, quienes han trabajado estrechamente con las Granjas Carroll para
ahogar la oposición a la granja.
Mucho antes de que el brote de influenza fuera divulgado por los noticieros
internacionales, cientos de residentes de La Gloria ya se quejaban de severas
infecciones respiratorias que en muchos casos se convertían en
pulmonía. La pulmonía es una de las complicaciones más severas
de la influenza. Veratect, una compañía privada estadounidense que
sigue las epidemias de salud a nivel mundial, hace más de un mes notó
este brote en Veracruz y notificó a la CDC (siglas en inglés), Centro
para el Control de Enfermedades de Estados Unidos. Por estar atenta al supuesto
e inexistente bioterrorismo, la CDC ignoró esa notificación por
varias semanas.
El primer caso confirmado del nuevo virus porcino fue el de un niño de La
Gloria, quien desde entonces se ha recuperado. La epidemia se ha esparcido a
Ciudad México y a otras áreas de México al igual que a Nueva
York, California, Texas y a otras ciudades en los Estados Unidos y en otras
partes del mundo.
Hasta el momento de este artículo, de los 1500 casos que se han reportado
en México por lo menos 150 han fallecido. Aunque los casos en Estados
Unidos han sido leves hasta ahora, se han reportado una o dos muertes.
Oficiales de la salud creen que la cepa actual del virus es una mezcla de
material genético de virus que infectan cerdos y aves al igual que a seres
humanos. Por casi una década, oficiales de la salud en los EEUU y en el
mundo se han enfocado en la influenza aviar, denominada como H5N1, que se ha
extendido alrededor del mundo pero no ha “saltado” a la
población humana. Aunque algunas personas contrajeron influenza aviar por
su cercanía a aves de corral y acuáticas, ninguna trasmisión de
persona a persona ha sido reportada.
Esta nueva influenza porcina es una variación del H1N1, que es más
común en la influenza humana. Ya está claro que se está
transmitiendo de persona a persona.
Como el mayor número de casos vino de México, algunos comentaristas
derechistas de la red Fox ya han intentado culpar a l@s inmigrantes mexican@s
de haber traído el virus a través de la frontera y pueden utilizar el
miedo de la influenza porcina para provocar más hostilidad contra l@s
inmigrantes.
El hecho de que los casos en EEUU parecen estar entre turistas de este
país o personas allegadas a ést@s, ha limitado hasta ahora los
ataques contra inmigrantes.
Hasta ahora, sin embargo, los medios de comunicación corporativos han
prestado poca atención a la conexión de la empresa Smithfield o al
hecho de que hay también iguales plantas enormes y peligrosas, en los
estados de Carolina del Norte, Utah, y en otros lugares.
Un artículo en la revista Rolling Stone de 2006 estimó que sólo
la empresa Smithfield produjo 26 millones de toneladas de desperdicios de
animales al año, el subproducto de más de $11 mil millones en ventas.
Los llamados acuerdos de “libre comercio” como el TLCAN han
facilitado el que empresas gigantescas como la Smithfield establezcan sus
plantas peligrosas en México con poca o ninguna regulación, en
detrimento de la población local.
¿Se le exigirá responsabilidad a éstos criminales corporativos
que se han beneficiado de este desastre ambiental y de salud pública?
Cohen es doctor de salud pública.
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