En contra del alguacil Arpaio
Detenidos en Arizona en huelga de hambre
Por Paul Teitelbaum Tucson, Arizona
Los/as prisioneros/as comenzaron una huelga de hambre el 2 de mayo para
protestar las condiciones degradantes e infrahumanas que padecen en las
prisiones administradas por el infame alguacil racista del Condado de Maricopa,
Joe Arpaio. Los crímenes de Arpaio están muy bien documentados:
coloca a los/as prisioneros/as en tiendas de campaña sumamente calientes,
les exhibe por las calles de Phoenix como esclavos/as en camino a una subasta
pública, les sirve comida podrida conocida por los/as prisioneros/as como
“slop”, y les niega tratamiento médico. Arpaio ha tratado de
fustigar la histeria anti-inmigrante todo lo posible.
La huelga de hambre fue iniciada por mujeres detenidas en la Cárcel la
Estrella inmediatamente después de una marcha y demostración de 3000
personas que protestaban en contra de Arpaio. La huelga de hambre se
extendió a las cárceles de Durango y de la parte céntrica de la
ciudad; aproximadamente 1800 a 2000 prisioneros/as rehusaron comer. Arpaio
tomó represalias contra los/as huelguistas confinándoles totalmente a
sus celdas, negándoles el derecho a visitas, a llamadas telefónicas y
al acceso a la televisión. A pesar de esto, la huelga continuó.
El 20 de mayo la Unión de las Libertades Civiles de América (ACLU por
las siglas en inglés), que había sometido una demanda contra Arpaio
en julio pasado sobre las condiciones infrahumanas en las cárceles,
condenó el cierre total de las cárceles sosteniendo que la huelga de
hambre es una forma protegida constitucionalmente de expresarse libremente. La
declaración de la ACLU menciona la orden de la corte contra Arpaio en
octubre pasado por haber “fallado en proveer comidas con valor
nutritivo” a los/as detenidos/as. El 22 de mayo Arpaio levantó la
orden de cierre total de la cárcel.
Cerca del 70 por ciento de los/as prisioneros/as en las cárceles del
Condado de Maricopa son detenidos/as en espera de juicio; no han sido
condenados/as por crimen alguno. Arpaio llena las cárceles en base al
perfil racial y conduce redadas armadas en las comunidades latinas. El ha
creado su milicia privada conocida como el “posse.”
Las mujeres encarceladas a menudo son víctimas de la peor
intimidación y brutalidad ejercida por sus carceleros/as. Sylvia Herrera,
del Puente Arizona, un grupo comunitario basado en la región de Phoenix y
que participó organizando la protesta contra Arpaio el 2 de mayo,
detalló dos casos recientes de abuso físico de mujeres en las
cárceles de Arpaio.
Guardas penales le rompieron el brazo a una mujer al intentar forzarla firmar
un documento de deportación “voluntario”. En otra
ocasión, una mujer embarazada fue inmediatamente separada de su bebé
recién nacido después del parto por cesárea y fue retornada a la
cárcel sin recibir el tratamiento médico pos-cesáreo requerido.
Herrera dice que estos incidentes se conocen solamente porque las mujeres
eventualmente tuvieron que ser trasladadas al hospital.
Hay eventos comunitarios planeados en los barrios alrededor de Phoenix para
mostrar solidaridad con los/as encarcelados/as en las prisiones de Arpaio.
Los/as activistas dejarán saber que el racismo, la persecución
anti-inmigrante, la tortura y el maltrato de los/as detenidos/as no serán
permitidos.
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