EEUU y Siria: ¿Cuál es el estado amenazador?
Qué se obtiene cuando se mezcla un estado amenazador con una
súper potencia? Los Estados Unidos.
Ese mensaje se escuchó bien claro esta semana cuando el Pentágono
envió una unidad de las Fuerzas Especiales a cruzar la frontera entre Irak
y Siria para asesinar a ocho civiles, incluyendo a tres niños. Al
principio el Departamento de Estado de los Estados Unidos rehusó contestar
preguntas sobre el ataque, pero luego explicó que forma parte de una nueva
estrategia.
La estrategia es: las fuerzas militares de Estados Unidos pueden atacar a
través de cualquier frontera si piensan que esto les puede dar alguna
ventaja militar. O sea, Washington es la capital de un estado amenazador. Ataca
cuando quiere y por cualquier razón que se le ocurra. Es difícil
imaginar un estado más perverso y amenazador que este.
Como para subrayar este punto, el Pentágono también llevó a cabo
un ataque cruzando la frontera al oriente de su zona ocupada en
Afganistán. En este ataque, un avión sin piloto de la fallida
ocupación estadounidense en Afganistán, disparó un proyectil
hacia Pakistán. Como resultado murieron 20 pakistaníes.
Luego, respecto a la agresión contra Siria, el Pentágono alegó
que había matado y removido a un supuesto agente de Al-Qaeda en Irak. No
hay manera de confirmar independientemente esta información. Los voceros
del Pentágono han mentido constantemente sobre todo lo que tiene que ver
con Irak. Siempre aducen que han localizado y matado a
“terroristas” de Al-Qaeda o del Talibán. De algún modo en
Siria, l@s pescador@s y l@s campesin@s con sus hij@s están incluidos en
esta lista de “terroristas” al igual que las fiestas de bodas en
Pakistán.
En este caso, también se puede apostar a que la pandilla de Bush y los
oficiales del Pentágono están mintiendo de nuevo. Usan esto como
cubierta para justificar sus agresiones despiadadas. Suponen que el pueblo de
los Estados Unidos creerá estas mentiras, como pasó con “las
armas de destrucción masiva” y los falsos “lazos entre
al-Qaeda y Saddam Hussein”.
Fuera de los Estados Unidos, nadie les cree. Ni siquiera sus aliados. No solo
Rusia, China e Irán han condenado el ataque, sino también hasta el
Primer Ministro del Líbano quien es pro-EEUU, Egipto con su régimen
cliente estadounidense, la Liga Árabe y el gobierno derechista
francés de Sarkozy.
Los medios de comunicación británicos —que fueron
cómplices de las preparaciones para la guerra contra Irak en 2002—
esta vez consideraron que tal vez había motivos reales detrás del
ataque. Un reportaje de la BBC señaló que “El momento [del
ataque] es curioso, ocurriendo justamente al final del período
presidencial de la administración de Bush y en el momento cuando muchos de
los aliados europeos de América –como Bretaña y Francia—
están intentando ampliar sus relaciones con Damasco”. Otros medios
noticieros tanto en Bretaña como en otras partes, especularon que el
ataque de los EEUU fue la “sorpresa de octubre” con la meta de
influenciar las elecciones a beneficio de John McCain.
Hasta voceros oficiales iraquíes criticaron el ataque y lo consideraron
como otro obstáculo para la aprobación del Acuerdo Sobre el Estatus
de Fuerzas con Washington (vea el otro editorial de este número). Las 50
bases militares permanentes de los EEUU en Irak serán consideradas como
una constante amenaza de nuevas guerras contra los vecinos de Irak. Desde
Londres, el canciller de Siria advirtió que si ocurre otra agresión,
las fuerzas sirias estarían completamente justificadas al defenderse.
Un artículo en el Asia Times (27 de octubre) reporta que a algunos
iraníes les preocupa que EEUU utilice una artimaña similar para
atacar a ese país de 70 millones de personas, y que esto pueda resultar en
un combate más amplio.
La pandilla de Bush condujo al imperialismo estadounidense hacia una serie de
guerras de agresión durante los últimos ocho años. Desde el 2001
hasta por lo menos finales del 2003, la administración tuvo el apoyo
abrumador de la mayoría de la clase dominante de los EEUU, incluyendo a
sus políticos, medios de comunicación y estrategas, mientras se
preparaba para conquistar a Afganistán e Irak. Ahora, Bush está
aislado. Encabeza una administración que ya carece de influencia pero que
aún es agresiva. Y ninguno de los dos candidatos capitalistas ha rechazado
esta nueva política de agresión.
No somos nosotr@s l@s únic@s que vemos a la administración de Bush
como gánsteres al timón del estado más poderoso y villano en la
historia del mundo. Pero lo decimos con claridad. E insistimos en la necesidad
de que se active un movimiento de masas para condenar la invasión de Siria
y prevenir más aventuras bélicas.
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