Comprendiendo la situación mundial
Otro aspecto del ‘Capitalismo de Bajos Salarios’
Por Deirdre Griswold
Hemos discutido en esta conferencia dos libros que elaboran nuestra
posición sobre cómo los cambios que se han dado en el capitalismo han
impactado en la clase obrera: “Alta Tecnología, Bajos
Salarios” por Sam Marcy y el libro más reciente “El
Capitalismo de Salarios Bajos” por Fred Goldstein.
El libro de Marcy, escrito en 1985, describió cómo la revolución
científico-tecnológica estaba cambiando los medios de producción
y la clase obrera en sí. Un gran cambio se estaba gestando en la
economía con menos empleos en la industria de manufactura y más en la
industria de servicios. La nueva tecnología cambió la necesidad de
las destrezas para los empleos en esta nueva fase. Los patronos buscaban
trabajador@s l@s cuales, por su opresión, se veían forzad@s a aceptar
trabajos con salarios bajos. Más mujeres y gente de color comenzaron a
emplearse en Estados Unidos. Marcy predijo que esto llevaría a socavar el
poder social de l@s trabajador@s más privilegiad@s, que generalmente eran
hombres blancos.
Lenin describió por primera vez el desarrollo de una aristocracia obrera
privilegiada en los países opresores en su libro
“Imperialismo.” Marcy mostró cómo esto se comenzaba a
resquebrajar bajo la contrapresión de la nueva tendencia. Él predijo
que se daría un cambio en la conciencia de la clase obrera, donde l@s
trabajador@s oprimid@s jugarían un papel de liderazgo en las nuevas luchas
y donde habría una posibilidad más grande para la solidaridad entre
tod@s l@s obrer@s.
El compañero Larry Holmes en su presentación de apertura explicó
cómo el libro sobre el capitalismo de salarios bajos escrito por el
compañero Fred se desarrolla sobre esta importante tesis. Y que este
fenómeno—la nivelación de l@s trabajador@s con mejores
salarios, la cual precedió la actual crisis económica pero que
continúa aún más fuerte—es la base material para la
solidaridad entre l@s trabajador@s negr@s, latin@s y blanc@s que irrumpió
en estas elecciones y cambió el escenario político en Estados Unidos
con la elección del primer presidente negro.
No se pretende minimizar las extraordinarias destrezas de Barack Obama como
figura política. Pero ha habido muchos otros líderes negros con
grandes destrezas a través de los años, y que no tuvieron ninguna
posibilidad de éxito. Incluso Jesse Jackson, a quien le respaldaba todo un
movimiento, no pudo lograr la nominación del Partido Demócrata, mucho
menos ganar las elecciones generales.
Hemos hablado sobre las razones por las cuales un fuerte grupo en la clase
dominante le gustaría que Obama les representara en este difícil
momento para el imperialismo estadounidense. Esto ciertamente le facilitó
a Obama el recibir un tratamiento decente en los medios de comunicación,
recaudar fondos y comunicarse con millones de personas. Sin embargo nada de eso
hubiera ocurrido si el intrínseco racismo representado por McCain y Palin
hubiera resonado en un sector más grande entre l@s trabajador@s, o si los
sindicatos y otras organizaciones multiétnicas de la clase trabajadora no
se hubieran movilizado para atraer a l@s votantes.
El “Capitalismo de Salarios Bajos” pone al día la tesis de
Marcy al dedicar mucha atención a la división internacional del
trabajo que existe actualmente con la rápida extensión de la
globalización. También señala cómo los cambios de la manera
en que el capitalismo funciona hoy en día comprueban una vez más las
enseñanzas más básicas del marxismo y el leninismo.
Sin embargo, quiero mencionar otro aspecto del libro de Goldstein, uno que
posiblemente es todavía difícil de discutir en este país por la
constante presencia del anticomunismo de la clase dominante desde el comienzo
de la Revolución Rusa y especialmente durante el período de la Guerra
Fría.
Tan importante como su análisis de la globalización imperialista y la
forma en que esta ha forzado el declive de los salarios de l@s trabajador@s en
los EEUU, es lo que este libro dice sobre la destrucción de la Unión
Soviética y los países socialistas del Este de Europa.
Debemos recordar que el libro de Marcy que predijo un incremento en la
militancia de l@s trabajador@s, fue escrito en 1985, hace 23 años.
¿Por qué ha tomado tanto tiempo para que el impacto político de
la revolución científica-tecnológica se sienta aquí?
¿Cómo fue posible que los capitalistas pudieran postergar hasta ahora
la crisis de sobreproducción que fue claramente visible en la caída
precipitada de la bolsa de valores del 1987, cuando la bolsa perdió un 25
por ciento de su valor en un solo día? ¿Qué fue lo que les dio a
ellos y a su sistema la oportunidad de empezar una nueva vida, una nueva
confianza para poder seguir su ofensiva despiadada contra l@s trabajador@s y
hacerlo con impunidad?
Lo que les ayudó, como explica Goldstein, fue el colapso final del sistema
de estados obreros en Europa que habían permanecido como un sistema social
rival por más de 70 años. Esto tuvo un efecto catastrófico para
l@s trabajador@s allí. Todos los índices sociales –esperanza de
vida, mortandad infantil, incremento de enfermedades contagiosas y hambre,
opresión sexual de las mujeres, incremento de antagonismos entre las
distintas nacionalidades– demostró que el retorno al capitalismo fue
un gigantesco paso en retroceso.
L@s trabajador@s en la Europa del Oeste capitalista, donde la socialdemocracia
había sido sólida prometiendo cosas maravillosas si solo los malos
comunistas pudieran ser derrocados en el Este, también quedaron en la
defensiva. No pasó mucho tiempo luego del colapso del bloque
soviético cuando fueron recortados muchos de los beneficies sociales que
l@s trabajador@s en el Oeste habían ganado. La caída de la Unión
Soviética también influyó en la decisión de China de
depender más en el mercado para construir su economía. Esto
significó abrir el país a mucha inversión extranjera y a la
producción de mercancías para la exportación.
Estos dos acontecimientos – el desmantelamiento de la Unión
Soviética y sus aliados en Europa del Este, y la apertura a gran escala de
China a la inversión extranjera — duplicó el número de
trabajador@s en el mundo disponible para la explotación imperialista.
El Partido WW/Mundo Obrero desde sus comienzos, ha comprendido las grandes
contradicciones en la Unión Soviética entre el modo socializado de
producción y la burocracia privilegiada que fue resultado de su
aislamiento, de su subdesarrollo económico y de la falta de mano de obra
calificada en los primeros días de la revolución.
Todo eso se complicó haciendo la situación inmensamente más
difícil, por los ataques combinados de los imperialistas. Catorce
países imperialistas invadieron al nuevo estado de l@s trabajador@s en
1919. Los fascistas alemanes destruyeron enormes zonas de la Unión
Soviética y mataron a decenas de millones en la Segunda Guerra
Mundial.
Los imperialistas estadounidenses amenazaron a la Unión Soviética con
una guerra nuclear y la forzó a participar en una carrera armamentista
altamente costosa. Todo eso desgastó a muchos líderes del Partido
Comunista así que cuando llegó la contrarrevolución, fueron
líderes del partido como Mikhail Gorbachev que inició las llamadas
reformas, y l@s trabajador@s estaban totalmente confundid@s.
Aunque nosotr@s nunca cerramos los ojos ante los problemas en la Unión
Soviética, también comprendimos que la URRS permanecía como un
bastión de fuerza en contra de los codiciosos imperialistas. La Unión
Soviética ayudó a innumerables movimientos de liberación
nacional. Ayudó a la Revolución Cubana sobrevivir el sabotaje, la
invasión y el bloqueo imperialista.
Su mera existencia forzó a los imperialistas conceder mejores condiciones
a l@s trabajador@s, especialmente en Europa de Oeste. Impidió a los
explotadores robar a una sexta parte de la superficie de la tierra sus valiosos
minerales, su madera y su petróleo.
Todo eso cambió cuando fue desmantelada la Unión Soviética.
Es necesario que comprendamos no solamente los Estados Unidos sino el mundo
entero para poder hacer el camino hacia la victoria de la clase trabajadora.
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