El porqué Workers World/Mundo Obrero está endosando a Cynthia Mckinney para presidenta
El periódico Workers World/Mundo Obrero en el pasado
ha apoyado a candidat@s para la presidencia de los Estados Unidos de nuestro
propio partido, Workers World/Mundo Obrero quienes han presentado un programa
socialista revolucionario. Esta vez estamos tomando un paso diferente dando
nuestro apoyo a la candidatura de Cynthia McKinney porque estos son tiempos
únicos y ella es una candidata única.
McKinney, una valiente mujer negra y ex congresista de Estados Unidos por el
estado de Georgia, se ha convertido en una de las más militantes
líderes y voces para la izquierda de los Estados Unidos, los movimientos
negros y progresistas.
Por su militancia en las luchas en contra de la guerra, para destituir a Bush,
y para exponer al papel jugado por el gobierno en la expulsión de l@s
sobrevivientes del huracán Katrina, a ella se le marcó como
“muy negra” y muy radical para las salas del Congreso. El liderazgo
del Partido Demócrata la obligó a retirarse del Congreso no sólo
una vez, sino en dos ocasiones. El año pasado, McKinney cortó sus
lazos con ese partido.
El 12 de julio, McKinney y su compañera de campaña, Rosa Clemente,
obtuvieron la nominación del Partido Verde para la presidencia y vice
presidencia respectivamente. La nominación del Partido Verde pondrá a
McKinney en las papeletas en 20 estados, lo cual no es insignificante en los
Estados Unidos, donde la clase gobernante ha hecho muy difícil para las
formaciones electorales independientes y las que se inclinan un poco a la
izquierda de sus dos partidos, que entren formalmente en la carrera
presidencial. Nuestra razón para apoyar a McKinney no es por el Partido
Verde.
La campaña de McKinney, “Poder para el Pueblo”, tiene gran
parte de su programa del programa todavía en formación del Partido de
Reconstrucción. Activistas de Nueva Orleáns y del Golfo, junto a
partidari@s por toda la nación, han estado formando el Partido de
Reconstrucción como un vehículo político para luchar por la
reconstrucción del Golfo y por la justicia para l@s sobrevivientes de
Katrina.
El programa del Partido de Reconstrucción está inspirado en el
programa del Partido Panteras Negras. El programa del Partido de
Reconstrucción demanda entre otras cosas: autodeterminación para el
pueblo negro, la relocalización al Golfo de los sobrevivientes desplazad@s
por Katrina, empleos, cuidado de salud y viviendas, reparación para el
pueblo negro, fin al terror racista y la represión política, fin al
complejo prisión-industrial y el fin a la guerra.
La campaña de McKinney está sentando las bases para una
coalición radical de activistas negr@s, latin@s, asiátic@s e
indígenas, sindicalistas, progresistas y revolucionari@s. Esto es
importante y oportuno.
No nos hacemos de ilusiones sobre las dificultades que enfrentará la
campaña de McKinney, porque estas elecciones presidenciales no son como
las otras anteriores.
La crisis económica y las posibilidades para la lucha de clase
Barack Obama es la primera persona de raza negra en ser nominada por un partido
de la clase gobernante y podría llegar a ser el primer presidente negro en
los Estados Unidos. Much@s, comprensiblemente, se sienten alentad@s por la
candidatura de Obama, especialmente la gente de raza negra.
No importa cuánto Obama se mueva a la derecha, es muy probable que en
noviembre la gente negra vote en cantidad sin precedentes con la esperanza de
alcanzar algo que muy poca gente consideraba posible hace un año. Fuera de
l@s votantes negr@s, much@s votarán a favor de Obama por razones que
históricamente son progresistas. Y algun@s no votarán por Obama por
su nombre, pensando que es musulmán y porque es negro.
La raza, o lo que algun@s de nosotr@s llamamos la cuestión nacional, es
central a las elecciones de este año.
Pero hay un lado negativo a esta situación contradictoria. Si Obama gana
las elecciones (una posibilidad que no debe considerarse segura), la clase
dominante imperialista de los EEUU tendría a un talentoso político
negro que les va a ayudar a rescatar a su perturbado imperio. Una presidencia
de Obama proporcionando la faz del estado imperialista no cambiará nada
fundamental, pero en la superficie marcará un cambio, una nueva
situación.
La clase capitalista de los EEUU necesita desesperadamente tratar algo nuevo
para ayudarles con sus superpuestas crisis de desorden económico y guerras
imperialistas. En los despachos ejecutivos de Wall Street, algunos están
sin duda, esperando a que alguien como Obama pueda postergar o desviar una
rebelión en contra de las condiciones sociales amplias a nivel de
depresión económica, o por lo menos jugar el papel de chivo
expiatorio para las condiciones de miseria que la clase dominante está
preparando para l@s trabajador@s.
El fenómeno de Obama es más que nada una señal de que el
período de reacción política, que ha restringido a la clase
trabajadora y ha debilitado a los movimientos revolucionarios, sus
organizaciones y las ideas revolucionarias, está llegando a su fin.
No importa quién gane las elecciones, la magnitud de la crisis en espiral
del imperialismo mundial, centrada aquí en los EEUU, va a desafiar a las
fuerzas que comparten una orientación antiimperialista, socialista y
orientada hacia la clase trabajadora, a apartarse de las perspectivas
estrechas, los hábitos sectarios y las pequeñas diferencias que han
penetrado durante el período largo y desmoralizador de reacción
mundial.
Las condiciones materiales para un resurgimiento de la clase trabajadora
pueden, más pronto que tarde, alcanzar niveles no vistos en este país
desde los años 1930. Para que el movimiento de la clase trabajadora crezca
política y organizacionalmente, va a tomar tiempo, experiencia en la lucha
de clases, y la ayuda de fuerzas políticas conscientes dedicadas a
resucitar la lucha.
¿Qué es lo que se necesita de tod@s nosotr@s que nos consideramos
entre l@s dedicad@s? Por lo menos es un nivel más alto de claridad,
seriedad, confianza, solidaridad y capacidad para forjar coaliciones.
La campaña de McKinney está liderada por negr@s, es antiimperialista,
centrada en la clase trabajadora y tiene una base multinacional y radical con
el potencial de crecer sin límites.
Por supuesto, creemos que la lucha no debe restringirse al campo de las
elecciones, especialmente cuando la clase dominante domina completamente el
proceso electoral. Tenemos que estar en las calles luchando en contra de la
guerra, en contra de los desahucios y ejecuciones hipotecarias, luchando en
solidaridad con l@s trabajador@s inmigrantes, etc. Sin embargo, el Partido
Workers World/Mundo Obrero considera que apoyar la campaña de McKinney es
un paso adelante hacia la vía que debe tomar el movimiento.
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