Raúl Reyes, el héroe asesinado por el fascismo colombiano
Por Miguel Urbano Rodrigues
El gobierno de Álvaro Uribe asesinó en la madrugada del
sábado, en territorio ecuatoriano, al comandante Raúl Reyes de las
FARC-EP, en una operación concebida y ejecutada con apoyo de los EE.UU. La
noticia fue inicialmente divulgada por el ministro de la Defensa de Álvaro
Uribe en un comunicado triunfalista que deforma groseramente los
acontecimientos, ocultando la naturaleza criminal de la acción
terrorista.
03.03.08
Según Juan Manuel Santos, Raúl Reyes habría sido abatido en un
campamento situado en Ecuador a 1.800 metros de la frontera, durante un
bombardeo realizado por la Fuerza Aérea de su país a partir de
territorio colombiano, para «no violar la soberanía» del
país vecino. Pero aclara luego que posteriormente tropas del ejército
colombiano transpusieron la frontera y recogieron el cuerpo de Reyes y lo
llevaron a Bogotá para evitar que las FARC lo sepultasen.
La nota del ministro presenta, por absurda, un toque surrealista. Es
inimaginable, por incompatible con la ley de la gravedad, que un avión
pueda arrojar bombas sobre un campamento encontrándose a casi dos
kilómetros de distancia. Y sencillamente grotesco que esa mentira sea
seguida de la confesión de que fuerzas del ejército colombiano
acabaron por atravesar la frontera, violando la soberanía de Ecuador. Las
cosas pasaron de otra manera.
A través de satélites estadounidenses, Uribe tuvo conocimiento de la
presencia de un destacamento de guerrilleros de las FARC en Ecuador frente al
Departamento colombiano amazónico del Putumayo.
Bogotá supo, por delación, que Raúl Reyes se encontraba
allí. El dirigente revolucionario –segundo en la jerarquía de
las FARC – tenia la cabeza a premio, vivo o muerto, por 2,7 millones de
dólares. La denuncia fue pagada y aviones de la Fuerza Aérea-la
más poderosa y bien equipada de America Latina- descargaron una lluvia de
bombas sobre el campamento. Despues llegaron fuerzas terrestres
helitransportadas y la policia colombiana para rematar los heridos.
En el ataque de pirateria aérea murieron, ademas de Reyes, el cantautor
revolucionario Julian Conrado (el gran artista de la rádio clandestina La
Voz de la Resistencia ) y 16 guerrilleros. Fueron masacrados mientras
dormían. Al llegar, los ecuatorianos solamente encontraron ocultas en la
floresta tres guerrilleras heridas.
Reyes y otros compañeros tenían balas en la espalda y en la cara.
Uribe, al recibir la noticia, felicitó a la Fuerza Aérea, y el cuerpo
de Reyes destrozado por la metralla fue llevado para Bogotá. Luego fotos
del cadáver del héroe aparecieron en televisiones y periódicos
de decenas de países. Casi el mismo ritual macabro que envolvió el
asesinato del Che, en 1967.
Los bastidores del crimen
El atentado terrorista ocurrió en un momento en que la campaña para
la liberación de la franco-colombiana Ingrid Betancourt asume un estilo
histérico e inspira titulares de la llamada gran prensa internacional.
Nunca se mintió tanto sobre la realidad colombiana como en estos días
en que, a pretexto del sufrimiento de la ex-candidata a la Presidencia, las
FARC son blanco de una montaña de calumnias.
Un día quedará evidente que en el debate sobre el intercambio
humanitario las FARC actuaron permanentemente con transparencia y autenticidad
revolucionaria, y Uribe con hipocresía y objetivos inconfesables.
Correspondiendo a repetidos llamamientos de Hugo Chávez y de la senadora
Piedad Córdoba, las FARC han decidido, en una primera fase, liberar
unilateralmente a Clara Rojas y a la ex-diputada Consuelo Perdomo. La
operación fue sin embargo retardada por algunos días porque Uribe
intensifico la concentración de tropas en el área donde ambas
deberían ser entregadas a la Cruz Roja Internacional antes de viajar para
Caracas en helicópteros venezolanos.
Las FARC eran conscientes de los enormes riesgos que la operación creaba.
Solamente quienes conocen la geografía de Colombia -un país con
1.140.000 kilómetros cuadrados y 45 millones de habitantes, surcado por
tres cordilleras, ríos gigantescos, y en gran parte cubierto por la densa
floresta amazónica- puede valorar lo que significo conducir las dos
mujeres desde el desconocido campamento en que se encontraban hasta el
Departamento del Guaviare, cerca de la frontera de Venezuela. Es útil
desde luego recordar que el ejército colombiano violó el compromiso
del cese del fuego y empezó a bombardear el lugar una hora después de
la salida de los helicópteros.
Washington ha transmitido obviamente a Bogotá minuciosas informaciones
recogidas por sus satélites sobre el recorrido del comando guerrillero
encargado de entregar a Clara y Consuelo a la Cruz Roja.
Insistieron posteriormente las FARC en la desmilitarización de los
municipios de Pradera y Florida como condición indispensable al
intercambio humanitario exigido por el pueblo colombiano, operación que
preveía el cambio de 40 rehenes en poder de las FARC -entre los cuales
Ingrid Betancourt- por 500 guerrilleros encarcelados en presidios estatales.
Uribe se negó a atender todas las propuestas internacionales recibidas,
que tenían el objetivo de un futuro acuerdo para el cambio de
prisioneros.
No obstante esa actitud intransigente del presidente neofascista de Colombia,
las FARC, en respuesta a un nuevo pedido de Hugo Chávez decidieron
liberar, también en gesto unilateral, a cuatro diputados en su poder.
Una vez más, la operación fue aplazada porque el ejército, en
vísperas de la fecha establecida, desplazó poderosas fuerzas,
concentrándolas en los Departamentos del Caquetá, del Meta y del
Guaviare donde las FARC está bien implantadas entre los pobladores y por
los cuales los parlamentarios podrían pasar.
Era doble el objetivo de esa iniciativa militar. Si se producía un choque
directo, Uribe responsabilizaría a las FARC por la muerte eventual de los
diputados. Simultáneamente, los aviones espías, equipados con una
tecnología de punta que Washington sólo proporciona a Israel,
estuvieron activísimos. Los satélites norteamericanos transmitieron
otra vez informaciones importantes al Pentágono que las comunicó a
Uribe.
Pero las FARC cumplieron, lo que no impidió una intensificación de la
campaña pro-liberación inmediata e incondicional de Ingrid
Betancourt. Hasta el Papa participó. Esa exigencia era, en las condiciones
existentes, de imposible aceptación. Una mujer frágil, enferma, no
podía en ninguna hipótesis caminar durante días a través de
regiones selváticas, donde además las tropas colombianas podrían
interceptar al comando encargado de la misión.
Las FARC repitieron por lo tanto su propuesta de desmilitarización de los
municipios de Pradera y Florida, sin la cual el intercambio humanitario es
inviable.
El héroe
El comandante Raúl Reyes era después de Manuel Marulanda, el miembro
más destacado del secretariado y del Estado Mayor Central de las FARC.
Revolucionario desde la juventud - tenia actualmente 60 años- se
estrenó como sindicalista en las luchas contra los gobiernos
oligárquicos de su país. Ellas fueron una iniciación para otras
batallas políticas y militares. Hace mas de 30 años, Luis Edgar Devia
adhirió a las FARC y se transformo en Raúl Reyes, un comandante
guerrillero que rápidamente alcanzó renombre internacional.
Lo conocí en mayo del 2001. Recibí una invitación para visitar
su campamento, próximo a San Vicente del Caguán, capital de la
entonces zona desmilitarizada. Acepté y me quede tres semanas.
Raúl Reyes no impresionaba por la apariencia física Bajo,
cañoso, tenia un timbre de voz suave. Hablaba pausadamente. Pero luego en
la primera noche, después de la comida, cuando conversamos en su puesto de
comando –una modesta oficina instalada bajo una tienda oculta por los
altos arboles de la floresta - me he dado cuenta de que aquel guerrillero
frágil era una personalidad excepcional. Nunca lo he visto sin su uniforme
y solamente retiraba el fusil del hombro en los momentos de descanso.
En ese primer encuentro hablamos de la crisis mundial, antes de que me
ofreciera libros y documentos como prologo indispensable al dialogo sobre la
lucha de las FARC. El era el responsable por las conversaciones en busca de la
Paz que transcurrían en esas semanas cerca del caserío de Los Pozos
con los representantes del gobierno del presidente Pastrana.
Corrían los tiempos en que Pastrana saludaba respetuosamente a Marulanda
con abrazos de Judas, días en que he visto embajadores de países de
la Unión Europea disputando las palabras y una sonrisa de Marulanda, el
legendario Tirofijo, comandante en jefe de las FARC.
Viajé con Reyes para la Macarena, en junio. Allí las FARC entregaron
a la Cruz Roja, en gesto unilateral, 304 militares, prisioneros de guerra.
No olvido el privilegio de mantener con Raúl Reyes, en madrugadas
intrépidas, bajo las estrellas, con el campamento en silencio, largas
conversaciones sobre su organización revolucionaria, América Latina y
la estrategia del imperialismo estadounidense, el gran enemigo de la humanidad.
Y también sobre la vida.
Escribí en ese campamento artículos para “Avante!”sobre
los combatientes de las FARC, y una entrevista también publicada por el
órgano del PCP. La atmósfera tenía algo de irreal, porque los
textos eran transmitidos por la secretaría de Raúl para un
destinatario que los encaminaba después para el periódico. Internet,
curiosamente, funcionaba como instrumento utilizado por una guerrilla
marxista-leninista.
Para honor y provecho mio, Raúl Reyes mantuvo el contacto conmigo cuando
regresé a La Habana , en donde yo residía. Con frecuencia
recibía mensajes suyos -a través de comandantes amigos- con
informaciones importantes y agradeciendo artículos que publicara sobre la
lucha de las FARC.
Recuerdo que poco antes del secuestro en Ecuador del comandante Simón
Trinidad – después extraditado para los EEUU – Reyes
había sugerido que volviera a la selva colombiana. El proyecto fue
entonces cancelado porque la frontera ecuatoriana se había hecho muy
insegura.
Hasta su ultimo día, Raúl Reyes fue la voz de las FARC en su dialogo
con el mundo. Mas el comandante guerrillero, incumbido de una montaña de
tareas, aun conseguía encontrar tiempo para escribir artículos,
algunos sobre temas ideológicos, para la revista Resistencia , órgano
internacional de las FARC, y para dar entrevistas a periodistas de Europa,
América Latina y Estados Unidos. En esos trabajos, el saber, la
experiencia y la firmeza del comunista tenían como complemento harmonioso
la cultura del intelectual humanista.
Uribe brinda ahora por la muerte del combatiente que, en las palabras de Jaime
Caicedo, secretario general del Partido Comunista Colombiano, fue un
revolucionario ejemplar « que entregó la vida por la causa en que
creía».
El triunfalismo del presidente neofascista de Colombia – que
financió el paramilitarismo cuando era gobernador de Antioquia y cuyo
nombre figura en la lista de narcotraficantes elaborada por la Drug Enforcement
Agency de los EEUU, pero es hoy el mejor aliado de Bush en el Continente- no
tiene el poder de hacer historia.
El paso por la presidencia de sus países de aventureros reaccionarios como
Uribe y Bush dejará solamente memoria de actos sombríos y
crímenes contra la humanidad. Raúl Reyes entra, al desaparecer
asesinado, en el panteón de los héroes de América Latina. Como
Sucre, Bolívar, Artigas, el Che. Raúl Reyes transpone la frontera de
la única eternidad posible, la de los hombres y mujeres que han vivido
para servir a la Humanidad y contribuir para que ella prosiga caminando.
La marcha contra el Paramilitarismo y por la Paz, del día 6 de Marzo, en
Colombia y en diferentes capitales de Europa y América asume ahora
también el significado de homenaje póstumo a Raúl Reyes. La
solidaridad con los que luchan y mueren por una Colombia democrática y
progresista es más que nunca necesaria.
Serpa, 2 de marzo de 2008 el original portugués de este articulo se
encuentra en www.odiario.info. La
traducción que aquí presentamos fue publicado por primera vez en:
www.lahaine.org/index.php?blog=3&p=28407
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