Tribunal Permanente de los Pueblos–Sesión Colombia
Corporaciones transnacionales culpables de graves crímenes
Por LeiLani Dowell Bogotá, Colombia
El Tribunal Permanente de los Pueblos en su reunión aquí el 23 de
julio, condenó al gobierno colombiano “por sus acciones y sus
omisiones en el cometido de genocidios.” También condenó a las
corporaciones transnacionales—como la Coca Cola—por “graves,
claras y persistentes violaciones de los principios generales y normas que
protegen los derechos civiles, políticos, sociales y ecológicos de
las comunidades e individuos de América Latina.”
“Existe una percepción de que Colombia es un paraíso—el
clima, los recursos naturales y la diversidad, con costas en los océanos
Atlántico y Pacífico. Pero es un paraíso para unos pocos. Es un
paraíso para aquellos que extraen sus recursos, aquellos que exterminan a
sus indígenas. Es un paraíso para los narcotraficantes y
paramilitares.”
Esto dijo William Guzmán, líder de SINALTRAINAL, el Sindicato
Nacional de Trabajadores de la Industria de Alimentos, a una delegación de
Estados Unidos que visitó Colombia, organizada por el Intercambio Laboral
EEUU/Cuba y por el Centro de Acción Internacional entre los días 20 y
28 de julio.
La delegación de activistas, maestr@s y jóvenes participó en la
Audiencia Final del Tribunal Permanente de los Pueblos, el cual examinó el
papel jugado por las corporaciones multinacionales en la explotación y
represión del pueblo colombiano, sus tierras y sus recursos naturales.
Un panel internacional de jueces presidió el tribunal, incluyendo
profesor@s, comisionad@s de derechos humanos, doctor@s, jueces y trabajador@s
sociales de Argentina, Australia, Bélgica, Brasil, Chile, Colombia,
Nicaragua, España y Suecia.
Más de 30 corporaciones multinacionales fueron acusadas de transgresiones
en contra del pueblo colombiano y sus tierras. Muchas corporaciones
estadounidenses—incluyendo a Occidental Petroleum; la Agencia de viajes
TQ3; corporaciones de alimentos y agricultura como Chiquita, Coca Cola, Del
Monte y Monsanto; las compañías mineras Drummond y Muriel Mining; y
la contratista militar DynCorp—fueron acusadas de cometer crímenes
que van desde el uso de paramilitares para amenazar y asesinar a líderes
sindicales y masacrar comunidades, hasta la destrucción del medio
ambiente, la contaminación de las tierras y la súper explotación
de los recursos naturales de Colombia.
Un representante de CONVOCA, el comité nacional en defensa del agua y de
la vida, describió la campaña para un referéndum nacional para
hacer del agua potable un derecho fundamental para tod@s l@s colombian@s.
Mientras que el pueblo colombiano ha visto sus recibos por el uso de agua
aumentar en un 300% en los últimos 5 años, corporaciones como la Coca
Cola no pagan un centavo por el agua para sus productos.
Adolfo Pérez Esquivel de Argentina, quien ganó el Premio Noble de la
Paz en 1980 por sus obras sobre América Latina, presidió el tribunal.
En su declaración de apertura explicó que cada una de las
corporaciones bajo investigación por el tribunal ha sido contactada antes
del evento e invitadas a defenderse. Mientras que algunas proveyeron respuestas
por escrito cuestionando la “legitimidad” del tribunal popular, la
mayoría rehusó responder y ninguna de ellas acudió.
En el último día del tribunal, se formaron comités para realizar
un análisis más profundo y tomar acción en contra de estas
corporaciones.
En los días después del tribunal, la delegación de los EEUU
condujo entrevistas con trabajador@s, estudiantes e indígenas, lo cual que
ofreció una continuación de la evidencia presentada en el tribunal.
La delegación visitó la región de la Sabana de Bogotá,
donde mujeres trabajan en la industria de las flores hasta 15 horas al día
sin derecho laboral alguno, bajo condiciones terribles y salarios bajos. Como
resultado de los pesticidas a los cuales las mujeres están expuestas en el
trabajo y la falta de barreras protectoras entre el establecimiento de las
flores y las casas de l@s trabajador@s, un 10 por ciento de la comunidad tiene
alguna discapacidad o deformación física. Como la Coca Cola, estas
compañías no pagan nada por el agua que roban de la región.
La delegación su reunió con miembr@s de varias comunidades
indígenas, incluyendo a representantes de la Organización Nacional
Indígena de Colombia. Un hombre de la región costera de Taganga en el
norte de Colombia, describió cómo su comunidad indígena
había sido forzada fuera de sus tierras por el gobierno para crear el
Parque Tairona, que luego fue entregado a una empresa turística, Aviatur,
para ser usado como parte de un paquete de ecoturismo. A l@s indígenas que
se quedan, en su mayoría pescadores, el gobierno ahora les está
negando el derecho a pescar, y Aviatur está considerando expandirse en la
zona circundante para construir a un hotel.
Fue explicado que todas las atrocidades cometidas por las corporaciones
multinacionales ocurren en el contexto de una represión política,
militar y económica por el gobierno de Colombia con fuerte ayuda de los
EEUU. Colombia es el tercer país del mundo recipiente de ayuda de EEUU
después de Israel y Egipto, y una proporción grande de esa ayuda es
en forma de pertrechos y entrenamiento militar. Mientras el gobierno de
Colombia entrega el derecho a los recursos naturales a esas empresas
multinacionales, utiliza sus Fuerzas Armadas y las unidades extralegales
paramilitares para aplastar la disensión, forzar el pueblo fuera de sus
terrenos y sembrar un sentido de terror generalizado en la población.
Mientras países a través de América Latina están desafiando
los proyectos neoliberales e imperialistas de los EEUU –en lo que el
economista colombiano Libardo Sarmiento denominó “la
resucitación del proyecto socialista” en América Latina—
Colombia continúa siendo el aliado más grande de los EEUU y está
considerada por muchos como el “Israel de América Latina”.
Sarmiento calificó los recientes comentarios del derechista presidente de
Colombia, Álvaro Uribe al Congreso de Colombia, en los cuales urgió
que se incremente el militarismo, como una amenaza ominosa”:
Sarmiento concluyó su presentación en el Tribunal Permanente de los
Pueblos con un llamado: “Sólo un movimiento socialista de masas
puede confrontar el gran desafío histórico para romper con el
capitalismo. Esto será la verdadera justicia y la única forma de
reparación a sus víctimas”.
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