Dádiva a los ricos enciende la ira del pueblo
¡Luchemos por un programa obrero para salvar empleos y viviendas!
Por Fred Goldstein
30 de septiembre—El establecimiento político-financiero del
capitalismo estadounidense se ha quedado anonadado por el fracaso en su intento
inicial por hacer que el Congreso aprobara una dádiva de $700 mil millones
de dólares para los bancos.
Frente a un escenario de caídas de bancos en Estados Unidos y Europa y de
súplicas por la Casa Blanca y el Secretario del Tesoro, la Cámara de
Representantes el 29 de septiembre, venció el proyecto del regalo con 228
votos en contra y 205 a favor. Inmediatamente después del voto, las tres
bolsas de valores de Estados Unidos tuvieron descensos históricos, las
bolsas de valores globales cayeron inicialmente y los mercados de créditos
se hicieron más estrictos mientras el temor sacudía a Wall
Street.
El voto en contra fue una derrota para la triple alianza de banqueros,
representados por el Secretario del Tesoro, Henry Paulson y el Presidente de la
Reserva Federal, Ben Bernanke; la administración Bush; y el liderazgo del
Partido Demócrata. Todos ellos trabajaron arduamente para lograr este
rescate.
Es muy probable que otra ronda de presión política por los altos
niveles lleve a que los bancos se salgan con la suya. Ya se está
publicando la nueva versión por los medios noticieros corporativos,
amenazando a l@s trabajador@s con que no recibirán sus cheques si no se
aprueba una versión del proyecto de ley. Pero con los emails y las
llamadas telefónicas a l@s polític@s en contra del proyecto de
rescate llegándoles entre 100 y 200 a 1 antes del voto, la presión
política de abajo por el momento ha sobrecogido a Paulson, Bernanke y
compañía.
Partidos leales al capitalismo están llenos de
miedo
La creciente crisis económica ha producido una crisis política en los
partidos fieles al capitalismo. Por un lado, esta vez el Partido Demócrata
no pudo forzar a un 40% de sus miembr@s a que ratificaran este gigantesco
regalo a los multimillonarios, especialmente frente al aumento de despidos y de
embargos de viviendas. Particularmente fue evidente el que una mayoría de
la Junta Congresional Negra y la Junta Congresional Hispana se rehusaran a
firmar.
Por otra parte, la derecha republicana trató de posarse como defensores
del pueblo, tirando demagogia hipócrita en contra del “gobierno
grande” y los avaros banqueros. Pero en realidad sus propuestas eran para
desregular la industria banquera y permitir la entrada al negocio sucio del
rescate financiero, de los jugadores de fondos de alto riesgo y de los
multimillonarios de capitales privados.
Pero por supuesto, la oposición de la derecha al “gobierno
grande” no se extiende al crecimiento del Pentágono y su guerra de
billones de dólares en Irak, al crecimiento del aparato represivo de la
Seguridad de la Patria y su persecución de l@s inmigrantes y trabajador@s
indocumentad@s, al crecimiento del FBI, la CIA y de muchas otras cosas
más. Estos ideólogos sólo están en contra de la
intervención del gobierno que pueda poner restricciones a la actividad
incansable en busca de ganancias de las grandes empresas.
Es difícil decir si est@s derechistas votaron “no” por una
preocupación ideóloga, por proteger sus asientos en la Cámara, o
por ambas razones. Cualquiera que fueran sus motivos, su retórica
política en contra del “gobierno grande” que recibía
grandes aplausos por Wall Street, repentinamente se ha convertido en algo
obsoleto por la crisis actual.
Los viejos magnates de Wall Street lograban obtener su ayuda de la Reserva
Federal muy quedamente, tras bastidores. En la crisis actual, de repente se
encuentran en la desesperada necesidad de abierta y directamente meter sus
manos en las arcas del Tesoro de los Estados Unidos. Los banqueros que
están detrás de la crisis actual necesitan deshacerse de billones de
dólares en deudas tóxicas que fueron adquiridas robando a l@s
trabajador@s y después robando al resto del mundo vendiendo estas malas
hipotecas. L@s derechistas del “no al gobierno grande” aclamados
una vez por Wall Street, están completamente fuera de sincronización
con las necesidades de sus amos en la actual crisis.
Cualquiera que sea el destino final del proyecto de rescate, sobresalen dos
cosas importantes. Primero, la clase obrera, l@s oprimid@s, toda persona que
sufra de los embargos de sus viviendas, l@s desemplead@s, l@s que no tienen
cuidado de salud, deben formular su propio programa para resolver sus
problemas. Y segundo, el pueblo debe llevar a cabo una lucha independiente para
lograr estas demandas.
Lo que dice el proyecto de rescate
Un vistazo a lo que dice el proyecto de rescate da la razón. El liderazgo
del Partido Demócrata trató de endulzar el proyecto con un lenguaje
atractivo sobre ayuda a l@s dueñ@s de casas, responsabilidad,
supervisión, etc. Pero esto es un engaño para proveer una cobertura
política que proteja a l@s polític@s en caso de que ocurra una
rebelión popular.
Sobre la cuestión de poner un alto a las ejecuciones hipotecarias, la
propuesta de ley indica que el Secretario del Tesoro hará “exhortar
a los servidores de las hipotecas... a que se aprovechen” de varios
programas para “minimizar los embargos”. En otras palabras, la
protección contra las ejecuciones hipotecarias es completamente voluntaria
y depende enteramente de la voluntad del proveedor de la hipoteca.
Y sobre la cuestión de la autoridad de Paulson para dirigir el
espectáculo, el proyecto de ley dice que “el Secretario está
autorizado para comprar, y hacer compromisos de comprar activos
problemáticos de cualquier institución financiera, y de acuerdo a las
condiciones y arreglos que el Secretario considere necesarios, y de acuerdo
con... las políticas y procedimientos desarrollados y publicados por el
Secretario”.
Paulson era el ejecutivo en jefe del banco inversionista Goldman Sachs. Él
es líder para los banqueros más grandes. Este proyecto le daría
autoridad única para tratar no sólo con la deuda hipotecaria, sino
con “cualquier instrumento financiero que el Secretario, después de
consultar con el Presidente de la Junta de Gobernadores del Sistema de la
Reserva Federal, determine que la compra sería necesaria para promover la
estabilidad del mercado financiero”. En otras palabras, Paulson puede
comprar deudas de tarjetas de crédito sin valor, de préstamos
estudiantiles, deudas de préstamos para carros, o cualquier otra clase de
deuda de cualquier institución financiera que le de la gana.
Pero el Tesoro no estaría bajo ninguna obligación de prestar ayuda
crediticia a nadie fuera de los bancos.
Y con la cuestión de supervisión, ni un solo oficial electo
estaría involucrado. La junta de supervisión consistiría del
Presidente de la Junta de Gobernadores; Paulson, como Secretario del Tesoro; el
director de la Agencia Federal de Financiación de Viviendas, creada el
pasado julio por Paulson; por el presidente de la Comisión de Intercambio
y Finanzas (SEC por las siglas en inglés); y por el secretario de
Viviendas y Desarrollo Urbano.
Esto es lo equivalente a pedir que los ladrones protejan la bóveda con
dinero.
Lo importante de esto es que el liderazgo del Partido Demócrata estaba
anunciando que esta era una versión nueva y mejorada del proyecto de
rescate. Pero l@s dueñ@s de casas, l@s trabajador@s endeudad@s, l@s
estudiantes sobrecargad@s de préstamos, las familias luchando para pagar
las deudas creadas por enfermedad, pérdida de empleos, o cualquiera de las
cien razones por las cuales l@s trabajador@s se encuentran forzad@s a
endeudarse bajo el sistema capitalista que paga salarios de miseria, a fin de
cuentas no reciben nada.
El proyecto de ley originalmente tenía sólo tres páginas y le
daba autoridad total a Paulson. Después de días de negociaciones
creció a cien páginas y le otorgaba todavía autoridad a Paulson
y a su comité supervisor de poderosos oficiales financieros.
Trabajador@s necesitan sus propias demandas
Entonces, es crucial que l@s trabajador@s tengan un programa claro e
inequívoco de demandas que satisfagan sus propias necesidades y le
impongan la carga a los banqueros y a los ricos para que ellos paguen. Hay un
creciente movimiento a través del país para demandar una moratoria en
las ejecuciones hipotecarias y en los desahucios. Las ejecuciones hipotecarias
son en este momento de suma importancia. Sin embargo, con hasta 10.000 personas
al día enfrentando la pérdida de sus casas, la crisis del pueblo va
mucho más allá.
Mientras la tasa de desempleo sube, es urgente demandar que se ponga un alto al
cierre de lugares de trabajo y a los despidos y que se extiendan los beneficios
por desempleo. Es imperativo que se detengan los cortes de luz y gas, y que
haya una reducción en los precios del gas, alimentos y otras utilidades.
Hay que proteger los ahorros y las pensiones de l@s trabajador@s. El pueblo
pobre y trabajador necesita una cancelación general de sus deudas y un fin
a las confiscaciones y embargos salariales.
Mientras sube la crisis de los estados y de las ciudades, debe haber una
moratoria para poner un alto a los recortes presupuestarios de los programas
sociales. El costo razonable para los servicios de salud, de las viviendas y
para la educación de alta calidad debe ser un derecho.
Son l@s trabajador@s y l@s oprimid@s, l@s jóvenes y l@s ancian@s quienes
necesitan los billones de dólares que el gobierno quiere entregar a los
banqueros. La Corporación Federal de Seguro de Depósitos (FDIC por
las siglas en inglés), que supuestamente debe asegurar los depósitos
individuales de hasta $100.000, acaba de asumir $40 mil millones de deuda del
banco Wachovia. Estos $40 mil millones fue el precio que pagó el gobierno
para que la Citigroup asuma el control de Wachovia y evitara su quiebra.
Esos $40 mil millones, más una buena porción de los $700 mil millones
que el gobierno quiere otorgar a los bancos pueden ser utilizados para ayudar a
l@s dueñ@s de casa que enfrentan ejecución hipotecaria.
Desde el punto de vista estrictamente capitalista, la ayuda a l@s dueñ@s
de casa transformaría las deudas malas en deudas pagables. Verdaderamente
disminuiría la crisis financiera del sistema. Además, al mantener a
la gente en sus casas, evitaría que más casas entren al mercado y
disminuiría el exceso de propiedades sin vender.
Pero los banqueros prefieren recibir dádivas del gobierno y seguir con las
ejecuciones hipotecarias. No quieren establecer el precedente de otorgar un
alivio a l@s dueñ@s de casa porque esto conduciría a una avalancha de
peticiones populares de toda clase de ayuda.
Es inútil contar con el gobierno capitalista o los partidos corporativos
para dar asistencia voluntariamente a la clase trabajadora multinacional de una
manera que haga una diferencia genuina en las vidas de los millones que
están sufriendo al perder sus casas, sus empleos y sufriendo por otras
penurias. La única manera que ocurra el cambio verdadero y profundo es
como resultado de una lucha.
El rescate de los bancos no va de ninguna manera a detener la crisis de
sobreproducción que está adelantando el capitalismo hoy en día.
Esta crisis está bajo del pánico que está desarrollándose
no sólo en los Estados Unidos sino también en Europa, Asia y el resto
del mundo. Lo que Paulson y Bernanke tienen en mente es desacelerar la crisis y
controlarla. Ellos quieren evitar un colapso súbito, un choque social que
no sólo resultaría en una caída aguda de las ganancias de las
corporaciones y los bancos sino que pudiera iniciar una intensificación de
la lucha de masas. El objetivo de Washington y Wall Street es arreglar un
llamado “aterrizaje suave”.
Pero ya sea que la crisis económica se desarrolle gradualmente o se
acelere súbitamente, la clase dominante tratará de desviar todo el
sufrimiento hacia l@s trabajador@s. Mientras más grande sea la crisis de
la clase dominante y de los ricos, más tratarán de imponerla al
pueblo. La serie de rescates financieros por el gobierno es un gran
ejemplo.
Ellos empezaron con los $29 mil millones para que JPMorgan Chase adquiriera el
banco de inversiones Bear Stearns, que estaba en quiebra.
Luego dieron $200 mil millones más para los bancos de hipoteca Freddie Mac
y Fannie Mae.
Después vinieron los $85 mil millones para AIG, la enorme
compañía de seguros.
Ahora que la crisis está extendiéndose, los jefes corporativos
quieren que el gobierno les dé un regalo de $700 mil millones para todos
los bancos. Y puede que eso no sea suficiente.
Ellos conceden que por lo menos $4 billones (millones de millones) representan
deudas hipotecarias malas — y probablemente esa cifra sea más grande
porque los banqueros se ocultan todo unos a los otros y también al
gobierno. Con cada aumento de su crisis, ellos amontan más deudas las
cuáles pasan a la clase trabajadora y a la clase media.
Rescate del capitalismo
La realidad es que el rescate de los bancos es realmente el rescate del
capitalismo. Los bancos son el corazón y el alma de capitalismo. Ellos han
estado metidos en una orgia de especulaciones durante una década. Ellos
inflaron los valores de la Bolsa e inundaron los mercados mundiales con
títulos respaldados por hipotecas sin valor. Crearon una montaña de
capital ficticio que superaba enormemente su valor verdadero, el cual debe ser
creado por l@s trabajador@s trabajando. Y ahora ese valor falso está
comenzando a colapsar.
Éste no es que el capitalismo se haya “equivocado”.
Éste es la expresión más plena de lo que es el capitalismo.
Pánicos y colapsos han sucedido a través de la historia del
capitalismo, pero ahora, en la era de globalización y tecnología
avanzada, han alcanzado nuevas alturas.
Este sistema se basa en las ganancias. Las ganancias son la razón de ser
de capitalismo. El motor del sistema entero es la producción para la
obtención de ganancias. Sacar las ganancias más altas es la meta de
cada capitalista, desde el/la dueñ@ de algún pequeño taller
hasta la corporación transnacional más grande.
La especulación y el apostar por obtener ganancias inmediatas salen
naturalmente del sistema. No es una aberración ni una anormalidad.
Los banqueros que engañaron a l@s trabajador@s con hipotecas
engañosas y sin seguridad, y luego las vendieron a otros capitalistas,
ganando altas remuneraciones y ganancias, estaban haciendo lo que hace la clase
dominante todo el tiempo en cada oportunidad.
El punto de partida de la explotación y ganancia capitalista es el dinero.
Sin dinero ningún capitalista puede emplear trabajador@s o comprar materia
prima o suministros para comenzar el proceso de explotación y sacar
ganancias.
Los banqueros controlan todo el dinero en esta sociedad. Se encuentran en las
juntas de las corporaciones. A éstas les aconsejan y financian sus
préstamos. Venden acciones y bonos corporativos en el mercado. Los
dueños de capital productivo y los financieros parásitos están
completamente entrelazados unos con el otro.
Las necesidades humanas no son parte de sus cálculos. El hecho de que la
gente necesite vivienda, comida, educación y cuidado de salud no significa
nada para ellos si no pueden sacarle ganancias.
Los banqueros que le están quitando sus casas a la gente, están
vinculados con las corporaciones que le están quitando el empleo a l@s
trabajador@s. Están conectados con las compañías de utilidades
que apagan la calefacción a la gente en el invierno, con las cadenas de
supermercados y corporaciones del agro negocio que suben los precios de los
alimentos, y con las compañías de petróleo que están
detrás de la invasión de Irak y del precio alto del
petróleo.
Detrás del problema del rescate financiero de los bancos, de los embargos
en las viviendas y del desempleo, está el propio sistema capitalista de
ganancias.
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