BOLIVIA
Enfrentando ataque fascista, Evo Morales contraataca
Por John Catalinotto
La lucha entre el imperialismo de los EEUU por un lado y el movimiento por la
soberanía y la autodeterminación de los países de
Latinoamérica por el otro, alcanzó una nueva etapa a principios de
septiembre con el uso de fuerzas paramilitares contra el gobierno popular de
Evo Morales en Bolivia. Esta intensificación ya ha conducido a más de
30 muertes, la expulsión de dos embajadores de los EEUU y una reunión
de emergencia entre jefes y jefas de estado latinoamerican@s en Chile.
Algunas voces advierten que la guerra civil que se ha estado fraguando hace
tiempo en Bolivia ya ha brotado. El presidente de Venezuela Hugo Chávez,
sonó la alarma con claridad a través de Latinoamérica
señalando la intervención del imperialismo de los Estados Unidos en
los recientes hechos ocurridos comparándola con el derrocamiento
sangriento de Salvador Allende el 11 de septiembre de 1973 en Chile.
El progresista Presidente de Bolivia y su partido, el Movimiento al Socialismo,
MAS, necesitan de toda la ayuda que puedan encontrar de parte de sus vecinos y
de los movimientos de solidaridad del mundo. Sin embargo, la situación
está lejos de estar perdida. Las Fuerzas Armadas de Bolivia todavía
no se han alineado a la contrarrevolución. También existe el
potencial de que las masas bolivianas, mayormente indígenas, quienes
acaban de votar abrumadoramente a favor del gobierno de Morales en un referendo
revocatorio, puedan movilizarse para defender al gobierno y a una Bolivia
unificada.
Convocados/as por Chávez, ocho de los 12 jefes y jefas de estado del
UNASUR se reunieron en Santiago de Chile el 15 de septiembre. Morales dijo que
había venido para “explicar a los/as presidentes/as de América
del Sur el golpe de estado cívico por prefectos en algunos estados
bolivianos en días recientes. Hemos visto el pillaje, el saqueo de varias
instituciones, atentados contra la policía y las Fuerzas Armadas”,
dijo. (BBC, 15 de septiembre) Al igual que el sabotaje de las instalaciones
petroleras en Venezuela en 2002 que tuvo la meta de obstaculizar la
economía principal del país, fueron saboteados gasoductos,
temporalmente interrumpiendo el flujo de gas al Brasil y a la Argentina.
No sólo Venezuela y Ecuador, pero hasta aquellos estados considerados
“moderados” como Chile y Brasil, firmaron la declaración en
apoyo a Morales, prometiendo rehusarse a cooperar con cualquier régimen
golpista y condenando la violencia paramilitar organizada por la derecha
boliviana.
Masacre en Pando
Pando, Santa Cruz, Beni y Tarija son los nombres de los cuatro departamentos
que conforman la región boliviana reaccionaria conocida como la
“Media Luna” –así denominada porque el territorio
combinado de los cuatro estados tiene la forma de una media luna. Esta
región rica en recursos minerales y energéticos todavía
está dominada por oligarquías de origen europeo apoyadas por el
imperialismo estadounidense.
El gobernador de Pando empleó una pandilla de sicarios
criminales–algunos reportes dicen que eran de Brasil –quienes
abrieron fuego contra una concentración de gente mayormente campesina e
indígena el 11 de septiembre. Treinta personas, todas campesinos
desarmados, fueron asesinados cerca de la ciudad capitalina de Cobija. (BBC)
Esta masacre fue el crimen más patente en una serie de ataques contra
edificios que albergaban oficinas del gobierno central y de organizaciones
populares.
Es obvio el porqué el embajador estadounidense Philip Goldberg, un
profesional del Departamento de Estado, fue escogido para el trabajo en
Bolivia. Sus credenciales incluyen dirigir la estrategia de
dividir-y-conquistar que usó a la gente de Kosovo de origen albanés
para facilitar al imperialismo estadounidense el dividir a la Yugoslavia
socialista.
Así que no debe sorprender que el primer paso de Morales para defender su
gobierno fuera declarar a ese agente imperialista “persona non
grata” y expulsarlo. En solidaridad con Morales, Chávez expulsó
de Venezuela al embajador estadounidense. Hasta Honduras rechazó reconocer
las credenciales del nuevo embajador de los EEUU a su país.
Hay que notar que ambos candidatos presidenciales tanto del Partido
Demócrata como el Republicano, hicieron comentarios hostiles sobre la
legítima acción de autodefensa de Morales — la expulsión
de una figura clave en una conspiración internacional contra su
gobierno.
El gobierno del MAS también declaró un “estado de sitio”
en Pando. Las fuerzas armadas federales tomaron control del aeropuerto de
Cobija y comenzaron a vigilar las calles. El prefecto de Pando, Leopoldo
Fernández, fue detenido por las fuerzas armadas bolivianas la mañana
de martes. Anteriormente, Chávez había criticado al
comandante-en-jefe de las Fuerzas Armadas de Bolivia General Luis Trigo por no
actuar más contundentemente contra los elementos fascistas.
La contrarrevolución provoca revolución
Según un artículo del 15 de septiembre escrito por un líder del
Partido Comunista de Bolivia, Marcos Domich: “Se puede oír en
algunos círculos militares que las medidas tomadas fueron aplicadas muy
lentamente y sin firmeza. Esto fue percibido inmediatamente por la
población y fue la causa de mucha agitación popular.”
“Cientos de miles de manifestantes, en diversas asambleas y reuniones,
especialmente en los departamentos del Centro y del Oeste, casi de manera
espontánea, han empezado a hablar sobre la organización de
destacamentos, brigadas u otras formaciones con un solo objetivo: el de
prepararse para defender la integridad, democracia, y soberanía nacional
de Bolivia, para continuar con el proceso de cambio progresista. El elemento de
mayor importancia en este espíritu social es el patriotismo.”
Washington entonces exigió que el gobierno de Morales negociara una
“concesión” con los secesionistas de la Media Luna. Esto es
luego de que estos elementos oligárquicos y fascistas perdieran en un
referéndum nacional — Morales ganó por más de 67 por
ciento de los votos — y comenzaran a fomentar violencia fascista.
Además, estos criminales no tienen respaldo popular ni moral en Bolivia ni
en ninguna parte de Latinoamérica. No obstante, el Vice-Presidente
Álvaro García Linera ha empezado discusiones con el prefecto de
Tarija, Mario Cossío quien representa la oligarquía de la Media
Luna.
Junto a la condena por los gobiernos latinoamericanos, los ataques contra
Morales y el MAS han despertado indignación en los pueblos. En Argentina,
cerca de 10.000 personas, muchas de ellas inmigrantes bolivian@s, marcharon el
12 de septiembre a la Embajada Estadounidense en la zona de Palermo de Buenos
Aires para apoyar a Morales, e insistir que Estados Unidos no intervenga en
Bolivia.
Desde el movimiento de solidaridad estadounidense, el 14 de septiembre el
Centro de Acción Internacional ha enviado una declaración apoyando a
Morales y el gobierno del MAS. Una parte de la declaración dice: “
Apoyamos la declaración de Bolivia sobre el Embajador estadounidense
Phillip Goldberg como persona non grata y su expulsión de Bolivia.
Protestamos asimismo la intervención de los Estados Unidos en Bolivia y
sus esfuerzos por socavar y subvertir el proceso de cambio en Bolivia. Proceso
que beneficiará a los sectores de la población que han estado
más oprimidos, indígena y afroboliviano.”
Apoyamos la demanda de Bolivia que el embajador estadounidense sea retirado, y
que Estados Unidos deje de dar apoyo al movimiento secesionista racista y
fascista de los departamentos orientales que son ricos en los recursos que son
propiedad de todas y todos los bolivianos y de los cuáles todos/as deben
beneficiarse. (www.iacenter.org)
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