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Referendo apoyado por los EEUU

Oligarcas tratan de dividir a Bolivia

Por Berta Joubert-Ceci

El 4 de mayo se dieron en Bolivia masivas manifestaciones de indígenas, campesinos/as, obreros/as y estudiantes en contra de un atentado por los latifundistas y empresarios de dividir el país. Estas manifestaciones recibieron muy poca atención de la prensa internacional en los países imperialistas.

El enfoque de estos noticieros era sobre el “referendo por la autonomía” en la provincia de Santa Cruz, el cual ha sido declarado como ilegal e inconstitucional por el gobierno progresista de Evo Morales.

La población indígena en Bolivia ha sido ignorada, perseguida y explotada por 500 años. Pero hoy están defendiendo sus derechos, la unidad de su país y el gobierno nacional dirigido por Morales, el primer presidente indígena de Bolivia.

El imperialismo estadounidense ha estado dirigiendo muy cuidadosamente una estrategia divisoria en Bolivia que planea aplicar en otros países de la región, incluyendo a Ecuador y Venezuela. Santa Cruz es una de las nueve provincias bolivianas. El voto por la “autonomía” está dirigido a desestabilizar el gobierno de Morales y dividir al país, muy parecido a la manera en que Kosovo fue separado de Yugoslavia. De hecho, algunos de los mismos actores están muy ocupados en Bolivia. El actual embajador estadounidense en Bolivia es Philip Goldberg, quien fue figura clave en la separación de Kosovo.

Riqueza concentrada

Santa Cruz, en las llanuras al este de Bolivia, es parte de la Media Luna que incluye a las provincias de Pando, Tarija y Beni. La Media Luna es la parte más afluente del país, generando un 44 por ciento del producto nacional bruto. Una oposición derechista al gobierno de Morales se encuentra allí, con su liderazgo centrado en Santa Cruz.

Santa Cruz es la provincia más grande de Bolivia, con casi un tercio del territorio nacional. Su capital es Santa Cruz de la Sierra, la ciudad más grande del país, con casi 1,4 millones de habitantes. Santa Cruz genera el 30,63 por ciento del Producto Nacional Bruto.

Santa Cruz es el hogar de una oligarquía europea que a su vez es profundamente racista. Muchos de los oligarcas son latifundistas dueños de inmensas fincas que producen productos de exportación como soja, goma y ganado.

Uno de estos latifundistas es Ronald Din Larsen, un ciudadano estadounidense que ha vivido en Bolivia por muchos años y es propietario de 141.203 acres de tierra en Santa Cruz. Según las autoridades bolivianas, Larsen ni siquiera tiene una registración o tarjeta de identidad boliviana, pero aún así se opone activamente a la reforma de tierras propuesta por el gobierno de Morales de dividir estas tierras y ponerlas a disposición de los/as bolivianos/as pobres. Cuando el vice ministro de tierras, Alejando Almaraz visitó recientemente Santa Cruz, fue atacado por un grupo armado instigado por Larsen, según la agencia noticiera ABI.

Santa Cruz es donde la mayoría de las transnacionales tienen sus oficinas. Es también el lugar donde están las reservas más grandes de gas natural, de petróleo y de otros minerales.

Los empresarios de la provincia están organizados en la Unión Cívica de Santa Cruz, encabezada por Branko Marinkovic, un capitalista croata con estrechos lazos con la Embajada de Estados Unidos. Carolus Wimmer, el secretario nacional del Partido Comunista Venezolano, dijo a la televisión venezolana que algunos miembros de la oligarquía croata en Bolivia habían sido expulsados de la Yugoslavia Socialista después de la Segunda Guerra Mundial acusados de ser partidarios de los fascistas. Los croatas se asentaron en varios países latinoamericanos con la ayuda de la CIA.

Marinkovic y Rubén Costas, el prefecto de la provincia, son los líderes del movimiento separatista de Santa Cruz. Su ala armada, la Unión Juvenil de Santa Cruz, es un grupo violento estrechamente aliado a la Falange, una organización fascista activa en los años 1940 y 1950 que parece estar reapareciendo.

En búsqueda de empleos, miles de personas del altiplano en el oeste se han mudado a Santa Cruz, en particular miembros/as de las naciones indígenas Aymara y Quechua. En Santa Cruz enfrentan discriminación y con frecuencia, violencia racista, perpetrada mayormente por el grupo juvenil fascista.

Referendo ilegal

El referendo sobre la autonomía es ilegal bajo la constitución de Bolivia. Hasta las Naciones Unidas y la Organización de Estados Americanos, que no son campeonas del progreso, se opusieron al referendo. El General Luís Trigo, jefe de las Fuerzas Armadas Bolivianas, lo denunció públicamente por afectar la “seguridad y la defensa del Estado de Bolivia”. Él destacó que algunos de los artículos del referendo establecen el control local sobre legislaciones, todo el transporte por tierra, rio, aire, al igual que sobre las ondas radiales, la seguridad y la defensa.

De hecho, es un proyecto para proveer un pretexto legal para establecer un país nuevo.

Encuestas informales demuestran que la mayoría de la población de Santa Cruz no conocía los contenidos exactos del referendo.

En un intento por engañar, los medios comunicativos oligárquicos reportaron el 5 de mayo que la opción “Sí” aprobando la autonomía ganó por más de un 80 por ciento. En los EEUU, el Washington Post repitió esos números en un artículo en el que se citó a Marinkovic diciendo, “Es un día histórico, y mañana tendremos más trabajo que hacer. ... Tenemos que determinar una nueva senda para Bolivia, y no será una tarea fácil”.

Morales, en un discurso televisado, dijo, “Esta encuesta, que es ilegal e inconstitucional, no fue el éxito que ellos esperaban. ... Entre la tasa de abstención de un 39 por ciento, los votos por el ‘No’ y las papeletas en blanco, eso es prácticamente un 50 por ciento”. La participación para el “referendo” fue baja.

El ministro del interior Alfredo Rada, en una entrevista con Telesur, declaró que las elecciones fueron caracterizadas por “violencia, confrontaciones e irregularidades”. Dijo que algunos nombres fueron borrados de la lista de votantes y 20 personas fueron heridas en confrontaciones con el grupo juvenil fascista. En un vecindario conocido como Plan 3000, baluarte del partido de Morales, jóvenes fascistas provocaron una pelea contra los/as residentes indígenas y campesinos/as, gritándoles insultos racistas. Los residentes contestaban: “Fuera fascistas”, y “Que viva Evo”.

Gente de Santa Cruz que apoya a Morales habían tomado urnas electorales quemándolas como un rechazo al referendo. En el proceso, encontraron muchas papeletas todavía sin usar pero que ya estaban marcadas con la opción “Sí”. De inmediato llamaron a los medios noticieros para anunciar al fraude.

En una transmisión por Telesur, Morales también acusó a los EEUU de patrocinar la oposición. “La embajada de los EEUU es la que encabeza a esta conspiración”, dijo, agregando que “el embajador de los EEUU es el gran defensor de la división de Bolivia, de las actitudes anticonstitucionales, de eso grupos que no desean la igualdad para nuestros pueblos, de los grupos que quieren robar de nuestro país”.

Artículos de varias fuentes mencionan que USAID y la Fundación Nacional para la Democracia han dotado millones de dólares a los grupos de oposición para supuestamente “luchar contra el narcotráfico”. (Vea, por ejemplo, www.coastalpost.com)


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