¿Renacimiento de la historia?

Durante el año pasado los gobiernos capitalistas que forman la Unión Europea han abierto un ataque reaccionario contra los derechos de organizaciones comunistas. Esto sorprende, dado que hace 15 años los filósofos más altamente pagados y estimados de los capitalistas declararon que la historia había terminado y que el reino eterno del mercado libre había comenzado. Los comunistas que quedaban se suponían que iban a ser ridiculizados, no reprimidos.

Pero en el 2005 el Consejo Europeo decidió distorsionar esta historia –la que había “terminado’ –declarando que el Ejército Rojo de la Unión Soviética, que había detenido al imperialismo alemán a costa de un sacrificio enorme, era igualmente culpable junto a los líderes Nazis que iniciaron la Segunda Guerra Mundial. Esto haría ilegal el mostrar las banderas del comunismo, al igual que la odiada svástica.

Además, el gobierno de la República Checa, ahora un mini estado bajo el control del imperialismo alemán y estadounidense, vieron con urgencia el prohibir la Unión de Juventudes Comunistas, (KSM), porque se había atrevido a proclamar la existencia de la lucha de clases.

Y entonces el estado danés lanzó un ataque contra las organizaciones comunistas danesas precisamente en el momento en que estos grupos estaban exponiendo el papel reaccionario de las caricaturas anti-musulmanas y estaban intentando movilizar solidaridad con l@s inmigrantes oprimid@s musulmanes. El pretexto del gobierno: que l@s comunistas daneses –de varios partidos- apoyaron un llamado en el portal “Rebellion’ cuya meta era la de desafiar la legislación anti-terrorista nacional, equivalente danesa de la Ley Patriótica (Patriot Act). Este llamado incluyó un pedido a que se hicieran donativos al ejército de liberación de Colombia, las FARC-EP, y al movimiento para la liberación de Palestina, el Frente Popular por la Liberación Palestina FPLP.

Todo el pueblo progresista en los Estados Unidos debe defender los derechos de los comunistas europeos para organizar y luchar por sus ideas. Organizaciones comunistas en Europa han montado una campaña para proteger los derechos del KSM. (http://4ksm.kke.gr)

Cualquiera que escuche esto posiblemente se preguntaría, “¿Por qué los capitalistas europeos, y especialmente sus partidos derechistas y neoliberales, creen que ahora tienen que utilizar métodos policíacos para prevenir que los comunistas se organicen? ¿Qué es lo que temen?

En 2005 tuvieron éxitos electorales el Partido Comunista de la República Checa y el Partido Comunista de Portugal, un partido que abiertamente declara su programa socialista y que mejoró su posición igualmente en elecciones locales y nacionales por primera vez en décadas. Pero estos fueron sólo pequeños indicios de un cambio. ¿Es que los partidos capitalistas anticipan una resistencia de la clase trabajadora a su ataque despiadado?

Las señales están creciendo con fuerza. La rebelión entre la juventud en los suburbios oprimidos de Francia fue el primer indicio de una lucha verdadera.

Luego, comenzando en marzo, cientos de miles de trabajadores alemanes recurrieron al arma de la huelga. Han salido esporádicamente, intentando defender los avances económicos que hicieron después de la Segunda Guerra Mundial, los que han estado bajo un ataque constante.

En Bretaña el 28 de marzo, una huelga de 1,5 millones de trabajador@s rechazó un plan del gobierno de reducir los beneficios de jubilación.

La huelga británica pasó casi desapercibida por los medios de comunicación mundiales porque, en la Francia cercana, algunos 3 millones de estudiantes y trabajador@s cerraron casi la mitad del país y marcharon en cada ciudad importante para defender el derecho a un empleo para l@s trabajador@s jóvenes.

Y ahora, al otro lado del Atlántico, en los Estados Unidos, el centro del imperialismo mundial, donde la historia no solamente supuestamente ha terminado y ha sido sepultada, millones de trabajador@s inmigrantes están levantándose e inundando las calles.

Esos que se jactaron de haber sepultado el comunismo realmente creyeron que era el fin de la lucha obrera. En ambas cosas se han equivocado.